"Soy un actor que quiere sorprender al sistema"

Oculto tras unas pequeñas gafas de sol redondas de cristal oscuro, hizo una pausa de varios segundos antes de responder: "Aramis". Se refería al mosquetero que interpretó en El hombre de la máscara de hierro, del que afirmó que es su personaje preferido, el que elegiría entre los múltiples que ha encarnado. En el tono de voz de Jeremy Irons (Isla de Wight, 1948) no se percibía ironía en ese momento. Aramis es, de los cuatro aventureros, el mosquetero seductor, el místico, el que ingresa en un convento, el de personalidad más compleja. Un personaje que se ajusta a lo que dijo el actor en su visita a Valencia, donde anoche inauguró la XIX edición de la Mostra de València-Cinema del Mediterrani. "Lo que me gusta es la mezcla de luz y oscuridad, lo que podríamos llamar el claroscuro, la relación del bien y del mal, en un intento de buscar el equilibrio dentro de uno mismo", dijo, al tiempo que rechazó su predileccción por los papeles siniestros si por ello se entiende la complejidad y dualidad del ser humano. "En todos los personajes tienes que bucear en ti mismo, introducirte y buscar, porque todos tenemos personalidades diferentes dentro de uno mismo", agregó en una sala atestada de informadores. "Soy un actor que quiere sorprender al sistema", añadió.

El paso de Irons por Valencia ha sido muy corto. Su presencia responde al objetivo de conseguir la mayor repercusión para el festival, que no ha programado ningún ciclo dedicado a él, además de proporcionar el glamour deseado. Cerca de tres millones y medio de pesetas ha cobrado por todo ello, según la organización. Y a tenor de la respuesta de los ciudadanos y de los medios de comunicación, que se han volcado en todos los actos protagonizados por el intérprete de los ginecólogos gemelos de Inseparables, de David Cronenberg, se ha logrado el objetivo.

Se mostró claramente irónico en una entrevista anterior a la rueda de prensa, cuando contestó que no conocía la filmografía de Federico Fellini -el festival proyecta todas sus películas- ni la suya propia. Vestido con un pantalón vaquero y una larga camisa azul de cuello chino con botones rojos, Irons comentó que nunca ha establecido una relación de identificación con ningún director como la que mantuvieron Fellini y Marcelo Mastronianni, o "Robert de Niro con Scorsese", porque, aunque en principio parece interesante la idea, "a la larga se produce una especie de atonía en la producción". "Prefiero probar con diferentes directores", dijo. El protagonista de La caja china no tuvo ningún reparo en contestar que nunca ha tenido ninguna discusión con su mujer, la actriz dublinesa Sinead Cusak, sobre el problema de Irlanda del Norte porque ambos opinan que "Inglaterra no tiene lugar en Irlanda". Irons dijo que espera que el proceso de paz concluya con la pacificación y que se reconozca la soberanía de Irlanda. También tuvo palabras de desprecio para los terroristas en relación al atentado de Omagh de agosto.

Este año se ha tomado de forma más relajada su trabajo como actor porque ha estado inmerso en "la rehabilitación de un castillo al suroeste de Irlanda" para convertirlo en residencia. No obstante, ahora está rodando una película en Francia. Sobre el primer ministro británico, Tony Blair, el actor indicó que los cambios que está introduciendo en la sociedad y la política británica no pueden ser considerados revolucionarios. "Aunque ha habido muchos cambios", apuntó. Y esto es debido, según Irons, a que Blair es un político joven que cuenta con colaboradores jóvenes que conectan mucho más con las necesidades de los ciudadanos, explicó el actor. No como sucedía "durante los 14 años de los conservadores", cuyo Gobierno no funcionaba en consonancia con las demandas ciudadanas. Se manifestó también a favor de las subvenciones públicas a los artistas por la sencilla razón de que con sólo uno entre muchos que alcance el reconocimiento internacional, los beneficios para el país son enormes.

Padre de dos hijos de 20 y 13 años, el protagonista de El misterio Von Bulow comentó que el Oscar que obtuvo por esta película no corresponde con su mejor trabajo. "Fue uno de mis papeles más fáciles", señaló. "Lo interpreto como una recompensa". Y añadió: "El trabajo duro no es valorado como se merece". No se mostró muy satisfecho con el papel que interpretó en La caja china, un proyecto que le atrajo sobre todo por la presencia de la actriz china Gong Li.

Magnetismo

Atento y paciente, el actor, que recibió el pasado año el Premio Donostia del Festival de San Sebastián, se mostró sonriente en todo momento. Alguien le preguntó si el motivo por el que se estropearon las cintas de las cámaras de TVE y Canal 9 a su llegada al aeropuerto de Valencia era por su gran magnetismo, a lo que el actor respondió afirmativamente. Sobre la condición de actor, declaró que es alguien que no llega a formar parte de nada y tiene el privilegio de vivir varias vidas. En este sentido, comentó que no presta importancia al lugar de procedencia de los proyectos, si hay "un buen guión y un buen director que tenga una visión muy particular de la vida y sepa traducirla en la pantalla". "Los gustos de la gente son iguales en todas partes", agregó, al tiempo que destacó la última película de Steven Spielberg, Salvar al soldado Ryan, de la que dijo que "se entiende en cualquier lugar del mundo porque tiene una buena historia".

Del resurgimiento del cine británico -"y del irlandés", agregó al enunciado de la pregunta- destacó los dos o tres éxitos recientes y sostuvo que es algo "que tiene que ver con la recuperación de la confianza" y de "dejar de perseguir en cierta manera el sueño americano".

Jeremy Irons dijo estar encantado de visitar España por "el calor de la gente, la gastronomía y los paisajes" y nombró a Pedro Almodóvar, de quien destacó su "visión de las cosas", como el único cineasta español actual que conoce.