Los colegios mayores afrontan la caída del alumnado ofreciendo experiencias laborales
25.000 universitarios, la mayoría de carreras científicas y técnicas, viven en 163 centros
Organizar el servidor de Internet del colegio, coordinar la organización de una ópera rock, montar una obra de teatro, encargarse de la biblioteca del centro, diseñar páginas web, dirigir una revista u organizar ciclos de cursos monográficos. Éstas son algunas de las actividades de las que se responsabilizan los alumnos de los colegios mayores universitarios, donde residen unos 25.000 jóvenes, y que ya les están empezando a servir como experiencia laboral. Junto a ellas, el aprendizaje de dos idiomas, obligatorio en algunos colegios, y la posibilidad de participar en programas internacionales en otros centros del mundo son las ofertas que los colegios mayores están incorporando para paliar la disminución de la demanda y modernizar su imagen.Bibliotecarios, informáticos, diseñadores gráficos, periodistas, músicos o jóvenes empresarios están teniendo sus primeras experiencias laborales en estos centros, que les ofrecen un certificado en el que se especifica la actividad realizada y su duración, a menudo de varios años. La mitad de las actividades que se organizan en algunas universidades proceden de iniciativas surgidas en los colegios mayores. Esta formación les prepara para trabajar en grupo, asumir tareas de gestión y participar en trabajos de carácter interdisciplinar.
La proliferación de universidades está haciendo descender el número de alumnos que se desplazan a estudiar a otras localidades. Este factor, junto a la progresiva disminución de la natalidad, que ya se empieza a notar en la enseñanza superior, está provocando una caída en la cantidad de alumnos que se alojan en los colegios mayores.
Invento español
Los colegios mayores son un invento español. Esta fórmula sólo existe en los países a los que se ha exportado desde España. Tal es el caso de unos pocos centros que se encuentran en México, Italia o Colombia. Para analizar los retos a los que se enfrentan en el actualidad este tipo autóctono de residencias se reunieron recientemente en Valladolid los directores de 120 de los 163 colegios que hay en España, y que están agrupados en el Consejo Nacional de Colegios Mayores.Este consejo forma parte de un organismo europeo recientemente constituido, el European Council for Student Affairs, que agrupa a los representantes de residencias similares a los colegios mayores de todos los países de la Unión Europea. Una de las primeras ventajas que tendrá para los colegiales españoles la participación en organismos internacionales será la firma de un convenio para que puedan ir a Estados Unidos o Alemania a participar en programas de investigación.
Los representantes de estos centros están también constituyendo, en colaboración con una organización norteamericana, la National Association of Student Personnel Administrators (NASPA), una red mundial que estará integrada por 120 países de todos los continentes. Éstos representantes organizan congresos anuales. El próximo se celebrará en Nueva Orleans (Estados Unidos) durante el mes de marzo de 1999.
El coordinador del consejo español y director del colegio mayor universitario Cardenal Cisneros, de Granada, Enrique Iglesias, explica que el paisaje estudiantil de los colegios mayores ha cambiado: "Antes residían en ellos alumnos de todo tipo de carreras. Ahora sobre todo se desplazan a otras localidades para estudiar los alumnos de las carreras técnicas y científicas, que se ofrecen en pocas universidades, o los que quieren hacer sus estudios en una universidad privada en concreto".
La mayoría de los alumnos llega a los centros a los 18 o 19 años y se va tres o cuatro años después. Los dos últimos cursos de carrera, los estudiantes suelen mudarse a un piso compartido. Una opción que es bien considerada por los directores, como Luis Muncharaz, que dirige el colegio Moncloa de Madrid: "En los colegios están muy protegidos, no tienen que hacerse la comida ni lavarse la ropa. Los vemos evolucionar año tras año, y es positivo que se vayan a vivir por su cuenta los últimos cursos de la carrera".
Según aseguran los estudiantes y los responsables de estos centros, la vida de los colegios mayores no tiene mucho que ver con la que se describía en la serie española Colegio mayor, realizada hace varios años. Alguno llegó a mandar a los responsables de la serie una carta de protesta a los productores de la serie.
Según la directora del centro femenino Los Sauces, de Valladolid, Yolanda Cajigas, la principal característica que se aprecia en las alumnas del colegio mayor que participan en la organización de actividades es que "se han formado para trabajar en equipos de gestión y han perdido la timidez, incluso para preguntar en clase, como dicen muchos de sus profesores".
Cajigas enumera todo lo que hacen las alumnas: "Proponen actividades, planifican su organización, plantean objetivos, proponen conferenciantes y hablan con ellos; piden subvenciones a los organismos correspondientes, hacen los presupuestos de cada actividad y organizan su difusión en los medios de comunicación y en la universidad".
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