La Diputación vizcaína no se trasladará si hay problema en las recalificaciones

El papel clave del Ayuntamiento de Bilbao en la operación inmobiliaria, dado que debe aprobar la recalificación de los edificios de la Diputación, fue un argumento repetido en la Casa de Juntas de Gernika. Un primer informe elaborado por el área de Urbanismo de Bilbao [ver EL PAÍS de ayer] ha visto objeciones, al considerar "especulativo" el cambio de uso en un solar en la zona de Sarriko y advertir que cinco edificios -la mayoría de ellos sedes actuales de varios departamentos forales- verían reducida su superficie de aprovechamiento. Pese a que en el Consejo de Gobierno de hace un mes se presentó una lista concreta de edificios que entrarían en la permuta, el diputado de Hacienda, Fernando Olmos, dejó abierta ayer la posibilidad de modificaciones. "La enajenación de bienes no constituye una lista cerrada y algunos pueden salir de ella y otros pueden ser enajenados de forma individual". Olmos defendió el traslado porque "no es una arbitrariedad, sino una necesidad" y enumeró tres aspectos negativos que se corregirán con la centralización de los servicios: evitar la confusión del ciudadano en la identificación de las oficinas de la Diputación, la búsqueda de la eficacia administrativa y el ahorro del gasto público. En otra iniciativa que sirvió para ganarse el apoyo del PP, el diputado de Hacienda reveló que la sociedad patrimonial encargada de promover el proyecto tendrá representación de todos los grupos políticos, una petición que fue lanzada por los populares y que fue recibida con satisfacción por toda la oposición. El portavoz del PP, Carlos Olazabal, instó a evitar el enfrentamiento entre la Diputación y el Ayuntamiento tras expresar su apoyo al informe foral de recalificaciones. Defendió su conformidad con el inicio de la operación "porque entendemos que hay que explorar" aunque admitió que el informe financiero le "crea muchas dudas". Izaskun Urrutia (EA) mostró su respaldo, pese a opinar "que la operación no tendrá un coste cero". "Un montón de incógnitas" Txema Fernández, portavoz de IU, se refirió a la existencia de "un montón de incógnitas que no se han despejado" y adelantó que la abstención de su grupo "pasará a ser un no rotundo si vemos cualquier indicio de endeudamiento para la Diputación". El representante de HB, Txema Pico, dijo que el plan se basa en la aceptación del Ayuntamiento de Bilbao de la propuesta de recalificaciones "y ya aparece en la prensa que no está de acuerdo". Pico comentó la situación del solar de Sarriko, "que está comprometido con los ciudadanos para que equipamientos. Aquí se dice que se cambia para aparcamientos y nadie dice nada. Si sigue la operación, que se quite ese solar". A su juicio, el informe financiero elaborado "se basa en muchas suposiciones". José María Gorordo (ICV) justificó su rechazo por la falta de un informe del impacto sociourbano. "No se explica por qué es mejor que 2.000 personas vayan a un edificio o a cuatro". Tras censurar "que se dé por supuesto que el Ayuntamiento diga que sí a las recalificaciones", abogó por la presentación de más alternativas y un mayor debate. Josu Garai (PNV) defendió las recalificaciones de los edificios como única manera "para conseguir más dinero" y precisó que el Ayuntamiento "tiene que entrar en esto y no se trata de que otorgue la autorización. No entiendo todas las pegas que se plantean". Garai reconoció que podían existir otras ubicaciones o proyectos, "pero nosotros apostamos por éste". El portavoz socialista, Melchor Gil, consideró "razonables" las dudas de la oposición, "pero hoy damos el voto para que se inicie el proceso y las dudas las iremos solventando según andemos".