"Nos preocupan las prácticas genocidas de los talibán "
Alí Akbar Nategh Nuri, de 56 años, presidente del Parlamento iraní, candidato derrotado en las elecciones presidenciales de 1997 en la República Islámica de Irán -candidatura apoyada por los sectores más ortodoxos-, considera que el rumbo liberal y moderado adoptado por el presidente Mohamed Jatamí es un "rumbo estratégico" que representa, por consenso, la postura de "todos nosotros". El presidente del Parlamento iraní, aunque es hombre de confianza del ayatolá Jamenei, el guía espiritual de Irán (sector duro), fue de los primeros en defender que el Estado iraní no debía aplicar la fatwa que ordenaba el asesinato del escritor Salman Rushdie.Nuri, que fue recibido ayer en Madrid por el presidente del Gobierno, José María Aznar, y por el presidente del Congreso de los Diputados, Federico Trillo, y hoy se entrevistará con el ministro de Exteriores, Abel Matutes, se encuentra de visita oficial en Madrid, como parte de una gira que tuvo su primera escala en Italia. Su visita coincide con una creciente apertura de las países europeos al régimen de Teheran, en el que ven crecientes signos de moderación. El negocio del petróleo y del gas es también un buen reclamo para el acercamiento de los Gobiernos europeos al régimen de los ayatolás. El narcotráfico afgano
La visita del presidente del Parlamento iraní a Madrid coincide con un recrudecimiento del conficto del Gobierno iraní (país de mayoría shiíta) con los talibán afganos (sunitas radicales). Nuri, considerado un ortodoxo en su país, es, en este asunto, tajante. Los talibán afganos están "estancados en la historia" y tienen poco que ver con los "grupos revolucionarios" que se enfrentaron con los soviéticos. "Lo que nos preocupa es la práctica genocida en el interior de Afganistán. En contra de los principios internacionales, tomaron como rehenes a nuestros diplomáticos y luego los asesinaron". El presidente del Parlamento iraní añadió que los talibán se "financian en gran parte con el narcotráfico, por lo que suponen un peligro no sólo para la región, sino para todo el mundo".
Nuri niega que su país participe en la carrera por la posesión de armas de destrucción masiva, sean nucleares, biológicas o químicas. "Ésa es una acusación que hemos sufrido desde la revolución y cuyas raíces hay que buscarlas en el sionismo. Hemos firmado todos los convenios contra la construcción de este tipo de armas y tenemos todas las puertas abiertas para la inspección de las agencias de desarme y todos sus informes han sido favorables a Irán".
Ante la mano tendida por el presidente norteamericano, Bill Clinton, favorable a una reanudación del diálogo con Teherán, Nuri se muestra escéptico: "Desde que enviaron al secretario de Estado [de Ronald Reagan], Robert McFarlane, mantiene ese discurso. Pero siempre han sido palabras, no ha habido muestras de buena voluntad. En palabras del presidente Jatamí, el "muro de desconfianza entre Estados Unidos y nosotros sigue siendo alto todavía". Sobre el conflicto de Oriente Próximo que opone a israelíes y palestinos, Nuri considera equivocada la senda emprendido con los acuerdos de paz de Madrid y Oslo. Para él, todo pasa, en la práctica, por la desaparición del actual Estado de Israel. Defiende el regreso a sus hogares de todos los palestinos que están en el exilio, refugiados en los países vecinos, y que luego musulmanes, judíos y cristianos "se expresen democráticamente y que se respete esa mayoría de votos".
Nuri no considera que exista abismo alguno que separe el mundo occidental y cristiano del mundo oriental e islámico, salvo los prejuicios que crea la "ideología". Su visita a Madrid, y antes a Roma, es, en su opinión, un ejemplo de que existe un diálogo fluido entre esos dos mundos. Para él, no hay una política cristiana y occidental, sino que existen políticas europeas, norteamericanas, latinoamericanas diferenciadas. Reconoce que se dan diferencias, pero que éstas se deben a una falta de diálogo.
Frente a conceptos como el de la libertad, Nuri cita a Montesquieu para señalar que ésa es el vocablo más utilizado para que cada cual haga la interpretación que le resulte más conveniente. La ortodoxia teocrática y religiosa aparece inmediatamente en su discurso: "Nosotros creemos que Dios ha creado al hombre libre y, por tanto, no tiene que someterse a nadie más que a Dios". El islam ha creado un marco para administrar esa libertad y, en su opinión, el islam concede más libertades que ninguna otra.
Conflictos en sociedades islámicas, como el que padece Argelia, también llenan de asombro al dirigente iraní. "Para mí, también es muy complicado de entender. Como persona que sigo la política, que hago un seguimiento de los asuntos políticos, especialmente cuando se trata del mundo islámico, no veo muy clara esta cuestión. Lamentablemente, hay unos seres humanos que son martirizados de una forma espantosa. El Gobierno argelino dice que no son ellos. Pero, por otra parte, existe la debilidad de ese Gobierno que no puede impedir que haya tantos crímenes".
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