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Serbia invita a una misión de la OSCE para evitar el ataque

Belgrado trata de ganar tiempo de nuevo. El primer ministro yugoslavo, protegido de Slobodan Milosevic y ex presidente de Montenegro, Momir Bulatovic, declaró ayer que su país está dispuesto a recibir a una misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) con el fin de que investigue las supuestas matanzas de finales de septiembre. "Vengan a Kosovo y comprueben la evolución positiva del proceso", dijo Bulatovic.

En un comunicado hecho público ayer en Varsovia, el presidente de turno de la OSCE, el ministro de Exteriores polaco, Bronislaw Gemerek, celebró el ofrecimiento yugoslavo, pero recordó que para que dicha misión tenga éxito es imprescindible la colaboración del Gobierno Belgrado.

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El gesto serbio tiene cierta trascendencia, pues, hasta ahora, el régimen yugoslavo había rechazado toda inspección internacional. Además de un equipo de la OSCE, podría llegar a Serbia en breve un grupo de forenses enviado por la Unión Europea. La decisión anunciada por Bulatovic se produce poco antes de la llegada a Belgrado del enviado especial de EEUU, Richard Holbrooke, el que fuera arquitecto de la paz en Bosnia-Herzegovina, que acude con una lista muy clara de exigencias.

La idea de invitar a una misión de la OSCE, aprobada ayer por el Parlamento federal yugoslavo, parte de Rusia, que en las últimas horas trata de evitar, como ya sucediera en Bosnia, una acción de castigo sobre sus aliados. Pese a la oferta de Bulatovic, el Gobierno yugoslavo no baja la guardia y ha reconocido que "todas las instituciones de defensa del país [es decir, las Fuerzas Armadas] se hallan en estado de alerta ante un peligro inmediato de guerra". Bulatovic aseguró que Yugoslavia responderá a todo ataque, una advertencia que se ha repetido en los últimos días.

Intereses occidentales

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El único alto cargo que ha concretado estas proclamas ha sido Vojislav Seselj, líder del ultranacionalista Partido Radical y viceprimer ministro serbio, quien la semana pasada amenazó con golpear intereses occidentales "allí donde estén al alcance", es decir, en Bosnia, donde hay soldados de EEUU y Europa. Pero no todos hablan con una sola voz en Yugoslavia. El presidente de Montenegro, que junto a Serbia forma la República Federal Yugoslava, ha arremetido con dureza contra la política de Milosevic. El reformista Milo Djukanovic cree que el único modo de evitar un bombardeo de la Alianza es cumplir con la resolución 1199 del Consejo de Seguridad de la ONU y poner fin a la intervención en Kosovo. Djukanovic rechaza los ataques aéreos, pero exige una negociación honesta con los líderes kosovares.

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