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El Parlamento Europeo se apunta a la fórmula de reducir el gasto agrícola

Xavier Vidal-Folch

, Con la única excepción de los gaullistas franceses, todos los grupos del Parlamento Europeo se han apuntado a la reducción del gasto agrícola en el presupuesto comunitario, como medio de terminar con la actual "batalla financiera". La fórmula escogida reequilibra las posiciones presupuestarias de los países ricos entre sí -beneficia a Alemania en detrimento de Francia y Dinamarca- y mantiene las de los países del Sur como España. La fórmula propugna un reequilibrio entre ricos, en vez de un despojo de pobres a cargo de aquéllos.

Esa fórmula se viene gestando desde hace tiempo, a raíz de los trabajos del profesor Paolo Cecchini, autor del famoso informe sobre el Coste de la no-Europa , que constituyó la doctrina para la creación del mercado único en 1992-1993.La Comisión de Presupuestos del Parlamento acaba de asumir buena parte de los resultados de Cecchini, aunque la votación se celebrará en noviembre, tras un debate en que participará éste. El Parlamento propone -explicó ayer el presidente de la comisión, el alemán Detlev Samland, junto a su colega Jutta Haug-, que la UE reduzca un 50% la totalidad de su gasto agrícola (que hoy absorbe el 48% del presupuesto), y que los Estados miembros la cofinancien por mitad. Los recursos no gastados se invertirían en otros capítulos del presupuesto.

La fórmula entronca con otras dos ya conocidas. La pionera, debida al primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, postulaba una reducción del 20% de los gastos totales de la Política Agrícola Común (PAC). Recientemente, el canciller alemán in pectore, Gerhard Schröder, propuso pasar a los Estados miembros el 100% de sólo una parte de la PAC, las ayudas directas a los agricultores, manteniendo en el presupuesto común los gastos de intervención en los mercados o subvención de precios.

La tesis del Parlamento es que el ajuste en el presupuesto no debe hacerse sobre las contribuciones, porque éstas se corresponden bastante con el porcentaje del PIB comunitario que exhibe cada país, o riqueza bruta. Pero hay excepciones, pues si se consideran las contribuciones de cada país a la caja común y las transferencias que de ésta reciben, Dinamarca soporta poca presión relativa, mientras Suecia y Holanda, demasiada.

El 'cheque británico'

Pese a este matiz, el Parlamento considera que ajustar los ingresos -lo que pretendía Theo Waigel, el ministro de Hacienda de Helmut Kohl, en beneficio de Alemania- "es una equivocación", afirmó Haug, entre otras razones porque surgirían distorsiones como las que han ido apareciendo con la aplicación del cheque británico, creado en 1985.Los parlamentarios consideran que el desequilibrio viene generado, más que por los ingresos o contribuciones, por los gastos o transferencias, sobre todo los agrícolas. Francia y Dinamarca reciben mayores cantidades que países con sector agrícola más reducido, independientemente de que sus producciones sean o no competitivas. Por eso, las contribuciones de Suecia y Alemania al presupuesto son el doble de las transferencias agrícolas que reciben.

El cheque británico (devolución de dos tercios del saldo neto, o diferencia entre aportaciones realizadas por Londres y transferencias que recibe) se justificó en 1985 porque el Reino Unido recibía muy poco de las ubres de la PAC, ya que su sector primario era (y es) diminuto. Pero en aquella época, la PAC suponía un 70% del presupuesto, y hoy sólo un 48%. El Reino Unido se sigue beneficiando del mismo porcentaje de retorno, cuando ya no está afectado por una discriminación como la de hace 13 años, pues goza ampliamente de los beneficios de la política estructural, que ha crecido hasta el 37% del presupuesto.

Dicho de otra manera, a Londres se le compensa no sólo por su diferente estructura productiva -algo que tenía sentido, aunque el mecanismo fuese desacertado- sino también en los capítulos en que no ostenta ninguna diferencia sustancial con los demás. Así, si se mantiene el cheque británico, el Reino Unido contribuirá mucho menos que los demás a gastos como los de la ampliación al Este. La idea parlamentaria no es acabar con ese cheque, sino readaptarlo, calculándolo sólo en función de su peso agrícola.

La cofinanciación comunitario-nacional de la PAC, por mitades, no se considera una "renacionalización", pues esta política seguiría decidiéndose en común, sino la aplicación del mismo mecanismo que se aplica a la política estructural (Fondos Regional y Social), en la que cada Estado financia un porcentaje. Algo que "haría más responsables a los ministros de Agricultura, que hoy son un auténtico lobby ", afirmaron los parlamentarios

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