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Una "Aida" con 300 personas en escena abre la temporada del Real

El coliseo madrileño estrena una versión de la ópera verdiana a cargo de Hugo de Ana

Jesús Ruiz Mantilla

Hugo de Ana está ojeroso y se frota demasiado la cara. Debe de ser el cansancio y la responsabilidad que le ha caído encima: tener que sacar adelante la Aida con la que el Teatro Real estrena la temporada este año. Será mañana, con ocho representaciones intercaladas hasta el día 17, 300 personas en escena y una pila de piedras que sugieren las pirámides de esta tragedia egipcia con la que Giuseppe Verdi quiso conmemorar la apertura del canal de Suez.

En el reparto del estreno están la mezzosoprano Luciana D"Intino, la soprano Norma Fantini y el tenor Walter Fraccaro, a las órdenes de García Navarro, que estará al frente de la Orquesta Sinfónica de Madrid. Será un estreno mundial con el que los responsables del Real quieren inaugurar la temporada por todo lo alto.La última vez que en Madrid se vio una Aida fue en la plaza de toros de las Ventas, con elefantes y todo. Hugo de Ana no renuncia a la espectacularidad de la ópera cuyos coros han sido tarareados por media humanidad, pero también quiere jugar con los símbolos y los conflictos interiores de los personajes. "Es una ópera espectáculo. Eso no lo puede negar nadie, yo no voy a huir de la espectacularidad, pero sí de los tópicos que dañan la música", afirma el escenógrafo argentino que actualmente vive en Roma.

De Ana lleva un mes en Madrid encerrado entre las paredes del Teatro Real, tratando de poner de acuerdo a los tres centenares de personas que participan en esta nueva versión de la ópera de Verdi, montada por De Ana especialmente para la sala madrileña. "Es uno de los mejores teatros de Europa", asegura el escenógrafo, "y en cuanto a técnica, el mejor", remarca este experto en la obra verdiana, del que ya se pudo ver un montaje de la misma en España en el Teatro de la Maestranza, hace cuatro años.

Entre aquella versión y ésta hay diferencias, por supuesto. "La que ahora estreno está pensada casi exclusivamente para este teatro. Trato de poner en evidencia la capacidad técnica que tiene", asegura. Sin embargo, De Ana no quiere que el espectador se muestre pasivo ante lo que va a ver. "Venir a la ópera a disfrutar una Aida no es lo mismo que ir al cine a ver La guerra de las galaxias. También he profundizado en el conflicto interior de los personajes, que es muy verdiano y muy contemporáneo", dice De Ana.

Símbolos

El director de escena se ayuda de los símbolos para remarcar estos conflictos. La arena describe el estado de ánimo de la esclava Aida, a la que interpretarán Norma Fantini y Leona Mitchell. "Es perfecto para describir el estado de ánimo de alguien que se siente sola y rechazada hasta por su propio pueblo", asegura. También unos trozos de piedra que parecen caerse encima sugieren pirámides, pero en realidad son restos a los que no se puede identificar con nada, que trascienden épocas, como esta ópera clásica, eterna. Y es que "el mundo no ha cambiado nada", asegura Hugo de Ana. "He querido ofrecer un ambiente opresor, claustrofóbico, donde los ejércitos y los sacerdotes dominan al mismísimo faraón, sugiere cosas del presente", cuenta, "o donde la hija del faraón, Amneris vive presa de sus sentimientos".Hugo de Ana se muestra tranquilo ante el estreno. Con polo negro, pantalón negro y zapatillas negras de adolescente de instituto aficionado al baloncesto, a De Ana se le puede confundir con un currito de los que en los días previos al estreno montan el escenario, diseñado en el laboratorio Espacio Escénico de Roma durante los meses de verano. De Ana lo enseña como si fuera un hijo. "Estas puertas son de cobre troceado, llevan mucho trabajo; aquellos espejos dan mucha más amplitud a las piedras; estos..."

El coro

El artista argentino, que aparte de la dirección de escena se ha hecho cargo de los decorados y los figurines, quiere resaltar el trabajo que ha llevado a cabo el Coro de la Comunidad de Madrid, del que, asegura, "se va a hablar mucho". De Ana, sin embargo, no necesita piropear a García Navarro. El responsable artístico del Real, encargado de dirigir a la Orquesta Sinfónica de Madrid en el estreno, es otro experto en Aida. De hecho, el pasado año, en enero, inauguró la temporada de la New National Opera de Tokio con una producción de esta obra junto a Franco Zefirelli.Luciana D'Intino sí que echa flores a De Ana. "Hugo es el máximo", asegura la mezzosoprano, que se ha tirado todo el verano en España. Primero con Don Carlo en Santander, ahora con este montaje en Madrid, para el que ha estado ensayando día tras día desde el 31 de agosto y, cuando acabe en el Real, seguirá con la tragedia del hijo de Felipe II por Sevilla. La conmemoración del aniversario del monarca ha hecho que esta temporada se repusiera esta obra con mucha asiduidad y a D"Intino no le ha faltado trabajo. Los personajes de Amneris, en Aida, y Eboli, en Don Carlo, "son mi fuerte", confiesa esta admiradora de Verdi.

D'Intino, italiana de 39 años, no ha parado desde que a los 23 años ganara los concursos de Spoleto y Maria Callas en su país. "A partir de entonces me lancé", asegura esta mezzosoprano que en el cara a cara muestra una dulzura reñida con su potencia en el escenario. "Ya me lo dice Hugo, que soy demasiado buena".

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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