La Tierra, afectada por una explosión extrasolar de rayos X
La Tierra se vio afectada el pasado mes por la radiación electromagnética emitida por una fuente situada a una enorme distancia del planeta, de una intensidad similar a la de una radiografía dental. Según explicaron científicos de la NASA y de varias universidades de Estados Unidos ayer, el 27 de agosto la parte superior de la atmósfera terrestre fue bañada durante cinco minutos por un impulso electromagnético que es el mayor detectado hasta el momento procedente de fuera del sistema solar y que tuvo un efecto significativo sobre la alta atmósfera. "Fue como si la noche se transformara brevemente en día en la ionosfera", ha dicho Umran Inan, catedrático en la Universidad de Stanford y director del grupo de investigadores que observó el efecto. La ionosfera es la parte de la atmósfera situada entre 60 y 80 kilómetros de altura.Durante los cinco minutos en los que la radiación gamma y de rayos X impactó sobre la parte superior de la atmósfera, los investigadores encontraron que el nivel de ionización o actividad eléctrica en la ionosfera, que normalmente es despreciable de noche, alcanzaba los nieveles diurnos, según explicó Inan. Los científicos utilizaron una cadena de estaciones que emiten en radiofrecuencia para estudiar fenómenos puntuales en la alta atmósfera y que están situadas en Estados Unidos, donde en aquel momento era de noche.
Los científicos pudieron apreciar el efecto claramente en las estaciones situadas en el oeste de Estados Unidos, pero no en las siutadas en el este. El impulso de 5,16 segundos de duración se corresponde con la velocidad de rotación previamente establecida para una estrella de rayos X, la SGR 1900+14, situada a 20.000 años luz y probable fuente de la radiación.
En 1988, informa la NASA, Inan y otro científico observaron un efecto mucho menor en la ionosfera, asociado con una explosión de rayos gamma que ocurrió en 1983. En aquel momento se desconocía la fuente de las emisiones de rayos gamma y rayos X que ahora se asocian a estrellas exóticas, como ésta, que además sería un magnetar, un tipo especial de estrella de neutrones con un enorme campo magnético.
Kevin Hurley de la Universidad de California ha utilizado información procedente de satélites para calcular la energía total que una estrella de rayos X denominado ha debido emitir para producir el impulso detectado en la Tierra el 27 de agosto. Sus cálculos indican que, si se pudiera aprovechar la energía sería suficiente para sostener la civilización humana durante miles de miles de millones de años.
Sólo una parte muy pequeña de esta radiación alcanzó, sin embargo, la Tierra. Según la NASA, tenía una intensidad ligeramente menor que la de una radiografía dental. Tanto los rayos gamma como los rayos X causan la ionización directamente, al desgajar los electrones de los átomos y dejarlos cargados eléctricamente.
"Es asombroso que una explosión así pudiera producir niveles de ionización similares a los procudidos por toda la radiación procedente del Sol,", dice Inan. "Todo esto indica que la Tierra no está aislada en el Universo. Ahora sabemos que su ambiente físico resulta afectado no sólo por nuestro propio sol sino por la energía que se origina en partes distantes del Universo".
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