Los Presupuestos encaran la crisis con más inversión, menos impuestos y tipos más bajos

Los primeros Presupuestos de "la era euro", tal como los bautizó ayer el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, llegaron ayer al Congreso. Las coordenadas son una crisis económica de alcance aún incierto, una moneda y una política monetaria europeas comunes y el inicio de un largo periodo electoral.Cambia el entorno y el Gobierno lo afronta con una "profundización" de la política económica desarrollada hasta ahora, según Rato. Sus logros, explicó, son la estabilidad de precios, el recorte del déficit, un alto crecimiento económico, el descenso del paro y la reducción de los tipos de interés.

El marco presupuestario incide en la reducción del déficit (el 1,6% del PIB -producto interior bruto- para el conjunto de las Administraciones públicas, medio punto menos que en 1998, y el 1,3% sólo para el Estado); eleva el crecimiento (del 3,7% al 3,8% en términos reales) y recorta la tasa de inflación (del 2,1% al 1,8%).

La reducción del déficit en términos de PIB se consigue, en buena parte, gracias a que la economía crecerá más el año que viene. Los ingresos del Estado bajan un 0,2% (sobre el avance de la liquidación para 1998), mientras que los pagos aumentan un 3,8% (sobre el Presupuesto de 1998).

Reforma del IRPF

Para cuadrar estos objetivos entran en juego, sin embargo, nuevos elementos. El de mayor calado es la reforma del IRPF, que hará bajar la presión fiscal por este impuesto dos décimas del PIB (175.000 millones de pesetas) ya en 1999. En conjunto, la presión fiscal del Estado (impuestos sobre PIB) bajará dos décimas, del 20,1% al 19,9%. Ayer no se facilitó la presión fiscal relativa a todo el sector público (impuestos más cotizaciones sociales), que en 1997 se elevó al 36,2% del PIB.Rato se negó ayer a concretar cuánto bajarán las retenciones del IRPF en enero del año que viene, el efecto más directo de estos Presupuestos en los bolsillos de 14 millones de contribuyentes asalariados. Las nuevas retenciones se incluirán en un decreto que se aprobará a finales de este año.

Pese a esta reforma fiscal, la recaudación por el IRPF aumentará un 2,8% en 1999. Este crecimiento es igual al previsto para el empleo (2,8%), aunque superior al de los salarios (2%). Respecto del crecimiento nominal de la economía (6%, contada la inflación), la recaudación por IRPF pierde peso, igual que sucede desde la reforma fiscal socialista de 1992.

Sólo sube el impuesto especial sobre los carburantes (el 1,8%), con un impacto en precios de 1,7 pesetas para la gasolina súper y de 1,2 pesetas para la sin plomo.

Otra novedad este año es que no están previstos ingresos por privatizaciones en lo que concierne al sector Estado. Otra cuestión, como explicó Rato, es que se proceda a vender empresas públicas dependientes de la SEPI. En concreto, mencionó Iberia.

Desde el lado de los gastos, el elemento nuevo es que la inversión pública total aumenta un 6,1% (110.000 millones); es decir, más que la media (3,8%) y por encima del crecimiento nominal de la economía (6%). Aunque las cifras de partida son bajas, este esfuerzo responde a "la necesidad de alcanzar la convergencia real con la UE", según Rato. La proximidad de las elecciones municipales y autonómicas y las exigencias de CiU también son razones a tener en cuenta.

El ajuste del gasto público se produce, sobre todo, en la partida correspondiente a los intereses de la deuda pública, que baja 150.000 millones (un 4,7%) respecto a la cifra inicial de 1998. La convergencia con la UE y el control de la inflación "nos permite movernos hacia la reducción de los tipos de interés", afirmó el vicepresidente.

Equilibrio en el 2001

Como factor clave de esta "política de estabilidad" Rato avanzó ayer que está a punto de cerrarse con las comunidades autónomas un acuerdo para que consigan "el equilibrio presupuestario" en el 2001. Los escenarios futuros para el sector Estado se conocerán a finales de año, cuando el Gobierno envíe a Bruselas su Plan de Estabilidad, una exigencia del euro.Rato aseguró que los Presupuestos se sustentan en reformas estructurales. Además del IRPF, mencionó la Ley del Mercado de Valores, la de Hidrocarburos, el sector eléctrico y las reformas en Defensa de la Competencia. En el mercado laboral, lo previsto es aumentar los fondos para políticas activas de empleo (un 46,9%) y el fomento de los contratos a tiempo parcial. Los Presupuestos prevén un descenso en la tasa de paro (del 19% al 17,4%) y la creación de mil empleos diarios, hasta los 370.000.

El aumento del empleo es del 2,8%, inferior al de 1998 (3,2%) y al crecimiento económico real (3,8%). Rato calificó estas estimaciones como "muy prudentes", y afirmó que en los años ochenta la economía tenía que crecer al 2,5% para poder crear empleo y ahora este umbral se ha reducido al 1%.

En cuanto a la inflación, Rato cree el 1,8% previsto "realista" y más cercano al 1,5% que se perfila como media de la UE. "Esto", subrayó, "con un crecimiento económico un punto superior".