Blanco da luz verde al muro de Doñana por temor a la contaminación residual en el Guadiamar

El Consejo del Gobierno andaluz permitirá hoy, a propuesta del consejero de Medio Ambiente, José Luis Blanco, que el muro de 30 kilómetros proyectado por el Ministerio de Medio Ambiente para defender el Parque Nacional de Doñana de los sedimentos se construya finalmente. Blanco admitió que la obra es "una forma de evitar la contaminación" que aún queda en el cauce del Guadiamar, cinco meses después del vertido tóxico, y puso condiciones a su visto bueno: "el muro se autorizará de forma provisional y se hará un seguimieno ambiental del proyecto".

El consejero andaluz ofreció ayer tablas en su penúltimo enfrentamiento con la titular del Ministerio de Medio Ambiente, Isabel Tocino. Blanco confirmó a los medios de comunicación que el muro de la discordia se construirá finalmente con el permiso de su Consejería, que da por buena la declaración positiva de impacto ambiental emitida por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Pero, a su vez, reflejó que la obra no es plato de gusto para la Junta: "El Ministerio debía haber insistido más en la colocación de trampas de sedimentos" para evitar que las crecidas del Guadiamar arrastren río abajo la contaminación que quede en el cauce. El consejero de Medio Ambiente indicó que, en caso de que se produzca arrastre de contaminantes, el proyecto del Gobierno central "simplemente desviaría el problema". La esperanza de Blanco es que "los grandes volúmenes de agua" de las crecidas del Guadiamar diluya la contaminación puntual que aún queda en el cauce. Informes de la Consejería reflejan que en algunos tramos -en la zona intermedia, cuya limpieza estaba a cargo de la CHG-, aún quedan por recoger hasta un 70% de los lodos, sobre todo en el mismo cauce. El muro que construye la CHG es una de las iniciativas incluidas en el Proyecto Doñana 2005, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente tiene un presupuesto de 500 millones de pesetas. La obra supone el recrecimiento de los márgenes de Entremuros -zona donde se retuvo el agua ácida del vertido-, lo que evitará que el agua del Guadiamar llegue a las marismas de Doñana. Obra provisional Blanco expresó sus dudas sobre cómo se va a sustituir el aporte hídrico al Parque Nacional que garantizaba el Guadiamar. A pesar de la autorización dada al proyecto, el consejero recela del impacto ambiental del muro e insistirá en exigir el compromiso del Ministerio para reabrir el acceso del Guadiamar a las marismas "en unos dos años". Según la Junta, se está concluyendo la primera limpieza de las últimas áreas afectadas: 150 hectáreas en Entremuros y 60 en varias fincas. Una bala de plantas en Entremuros sirvió de improvisada mesa para la rueda de prensa de Blanco, quien estuvo escoltado por el consejero de Presidencia, Gaspar Zarrías, y la consejera de Justicia, Carmen Hermosín. Zarrías -calzado con botas para la ocasión-, se felicitó por lo que consideró el "trabajo corrector medioambiental más importante del país": el corredor verde, que supondrá una inversión de 27.000 millones de pesetas. Blanco, Zarrías y Hermosín supervisaron sobre el terreno los primeros trabajos: la retirada de las plantas del cauce y la roturación de parcelas limpias que permitirá la siembra de herbáceas para evitar la erosión de las 4.000 hectáreas. Estas plantas preparan el terreno y fijarán los metales pesados que quedan en el suelo. La reforestación tendrá que esperar al otoño próximo.