"Perdemos un poco de universalidad, pero el mundo va en esa dirección"
IÑIGO URRUTIA La Universidad de Mondragón ha iniciado esta semana su segundo curso como institución promovida por Mondragón Corporación Cooperativa (MCC) con una demanda de matrículas que ha duplicado las 2.590 plazas ofertadas. Su rector, Ignacio Lakunza (Tolosa, 1951), sostiene que los tres centros que conforman la institución -Escuela Politécnica, Escuela de Magisterio y ETEO- tienen una orientación neta hacia el mundo empresarial, aunque ello no obsta para que siga prevaleciendo el espíritu de José María Arizmendiarrieta, fundador del movimiento cooperativo, de que lo primero es "formar personas". Pregunta. ¿En qué medida se ha transformado la vida docente de los centros de Mondragón Unibertsitatea? Respuesta. Al dejar de ser centros adscritos a la Universidad del País Vasco hemos tenido que reflexionar hacia dentro para definir cuál es la orientación que va a tener esta Universidad a medio plazo. De hecho, hemos dado ya algunos pasos para habilitar nuevas titulaciones. P. ¿Cuál va a ser la singularidad, la seña de identidad de este proyecto universitario?. R. Aunque quizás en ciertos ambientes se pueda pensar que tenemos una visión un tanto parcial de las cosas, pretendemos ser una universidad especializada en el mundo empresarial. No vamos a poder abordar ahora ni en el futuro todas las áreas de conocimiento. P. ¿Esa vinculación tan estrecha con el tejido productivo no entra en cierta contradicción con la naturaleza universalista de la enseñanza superior? R. Quizás perdemos un poco de universalidad, pero pienso que el mundo camina en esa dirección. En la práctica, algunas de las mejores universidades tienen una orientación muy definida como, por ejemplo, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que se vuelca en los ámbitos empresarial y tecnológico. P. Con todo, más allá del carácter instrumental de la docencia, el espíritu cooperativo que encarnó José María Arizmendiarrieta siempre enfatizó el lado humanista de la formación. R. El humanismo impregna también nuestro proyecto universitario. El hecho de que esté volcado al tejido empresarial no obsta para que la prioridad sea formar personas, más aún en nuestro entorno, donde el tejido es personalista y no basado en capitales. Tan importante como los aspectos instrumentales de la formación son los intangibles, el carácter de las personas, etcétera. Así, la primera licenciatura nueva que hemos creado es la de Humanidades para la Empresa. P. ¿El papel de creador de empleo que ha asumido en los últimos años la Corporación Mondragón es también un intangible para la universidad? R. Como universidad no llegamnos al prestigio que tiene MCC, aunque aspiramos a lograrlo. Es cierto que crea expectativas entre el alumnado y tengo la idea de que buena parte de ellos llega con la percepción de tener una cierta garantía de empleo posterior. P. ¿Esta Universidad constituye la cantera de MCC? R. Ofrece la posibilidad de compaginar estudio y trabajo a través de la cooperativa Alecop. Ahora mismo están trabajando 850 estudiantes. Esta singularidad permite que, cuando concluyen sus estudios, ya tienen incorporado ya un bagaje laboral que les facilita la inserción. P. Visto así, esta Universidad no es una fábrica de parados R. Tampoco me gustaría que la imagen fuera la inversa, que nuestra Universidad es un suministrador de técnicos, porque entonces algo estaría fallando. Esta no es exclusivamente la Universidad de MCC; es una institución abierta cuyos alumnos tendrán que responder luego a los problemas de toda la sociedad. P. ¿La oferta de matrículas cubre la demanda existente? R. En estos momentos no podemos atender toda la demanda porque, por ejemplo, en ingenierías el número de solicitudes de matriculación ha duplicado las plazas existentes. P. ¿Cuál es el perfil del estudiante de Mondragón? R. Se reparte a tercios entre estudiantes de la zona, del resto de Guipúzcoa y de otros territorios. Aspiramos a aumentar la presencia de estudiantes de Bilbao y San Sebastián y de fuera del País Vasco, porque sería un indicador del atractivo de esta Universidad en un momento en el que afloran universidades por todas partes y hay una tendencia de los estudiantes a cursar sus estudios en su ciudad de origen. P. ¿Es ésta una Universidad elitista? R. Radicalmente no, porque intentamos ajustar los precios a las posibilidades reales de autofinanciación que tiene la Universidad Los alumnos que realmente necesitan una beca, la obtienen del Gobierno vasco. Además, aquí el que quiere trabajar lo puede hacer. Hoy se da la circunstancia de que Alecop tiene necesidad de más gente y no se apuntan más estudiantes. P. ¿La tregua de ETA tendrá alguna repercusión desde la perspectiva universitaria? R. Creo que mucha. Lo más importante es que se ofrece un futuro esperanzador a la gente joven, porque ha habido situaciones en el pasado en las que los empresarios tenían un cierto recelo a incorporar gente joven, cuando en estos momentos es la mejor preparada de cuantos forman el tejido económico. Y no olvidemos que la media de edad en el mundo laboral es alta. Si se consolida el nuevo escenario, se producirá un revulsivo para la renovación de plantillas.
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