Récord de inversión extranjera
La liberalización de los monopolios emprendida bajo la égida de Bruselas afecta parcialmente a los servicios de correos, ferrocarriles y el mercado de la electricidad. A juzgar por el nivel de inversión extranjera que se ha registrado este año, Alemania puede estar incluso convirtiéndose en un lugar atractivo para los empresarios.Según el informe del Bundesbank, en los primeros seis meses de 1998 las inversiones extranjeras directas han sido de 16.000 millones de marcos (1,3 billones de pesetas). En el mismo periodo de 1997 fueron de 1.000 millones de marcos. Se trata de la cifra semestral más alta registrada por el país desde los años cincuenta. Según el Bundesbank, esta tendencia se debe a la diversificación de los empresarios internacionales y las instituciones financieras, pero también a que instalarse en Alemania se ha hecho más atractivo. El 90% de las inversiones de capital venía de Estados de la Unión Europea, con Holanda, Italia y Reino Unido en las primeras posiciones.
El Gobierno de Helmut Kohl se ha dedicado a promocionar las ventajas de la inversión en el este del país, donde hay algunas multinacionales importantes como la Opel, en Eisenach; la Advanced Micro Devices, en Dresden; la Dow Chemical, en Elf, en la zona de Chemiedreieck, y la Samsung, en Berlín y en Brandeburgo.
Sin embargo, el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo no está a la altura de los que se han destruido en un proceso polémico, marcado por los intereses en conflicto entre las empresas del Este y el Oeste, el fraude y la falta de control de la efectividad de los fondos.
Otro síntoma de los cambios que se están produciendo en Alemania es el desarrollo de la cultura de la Bolsa, en contraste con las actitudes más tradicionales de apostar por los valores de renta fija. Un paso muy importante para romper las barreras psicológicas fue la emisión récord que la Telekom efectuó en 1996, con una suma de 20.900 millones de marcos, lo que mostró que la población estaba más interesada por el parqué de lo que las tradiciones permitían augurar.
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