Moda Barcelona amplía la oferta y revitaliza su pasarela

Con los pases ayer de TCN en el plató Cromosoma y de Armand Basi en la estación marítima Transmediterránea, Moda Barcelona inaugura sus desfiles para primavera-verano 1999 e incorpora un nuevo salón -Barcelona Estilo- manteniendo el resto de su oferta. El triunfo de la línea simplificada, la ausencia de color y los tejidos con destellos metálicos apuntan como las tendencias que despiden un siglo que en moda empezó acortando faldas pero que acaba sugiriendo faldas largas y aireando la blonda del sostén.

Gran parte de los 22 desfiles programados para esta edición de Moda Barcelona se presentarán al público en el pabellón italiano de la plaza de la Font Màgica de Montjuïc, aunque algunos sorprenderán a los barceloneses en lugares abiertos a la luz como la plaza Kennedy (David Valls), el Parc de Poblenou (Josep Font), el Teatro Apolo (Mertxe Hernández) o La Rambla (Antoni Miró). Además de la Pasarela Gaudí, la muestra presenta en Montjuïc hasta el próximo domingo los salones Espacio Gaudí, Mediterraneo Wear, Intermercería, Es Moda y el reinventado Barcelona Estilo.

La línea fría

Las líneas de la moda siguen la corriente minimalista que en este final de milenio alcanza a todos los niveles del arte. Las prendas son de trazo puro y destilan limpieza, los tejidos esconden su riqueza a base de acabados lisos y colores empolvados, o se adentran en el siglo XXI haciendo honor a su leyenda cinematográfica con telas metalizadas en plata, aluminio, acero o titanio. Por lo que a la moda de baño se refiere, la de la temporada primavera-verano 1999 no difiere demasiado de lo que se llevará en la calle. Sus diseñadores se aprovechan de las telas finas con nervio, llevan las piezas pequeñas a la mínima expresión y les ponen tirantes invisibles. Continúa el auge del biquini y reaparece con más fuerza el resto de las prendas asociadas al baño, como el mismo bañador, los pareos y camisetas transparentes, las prendas con capucha y los pantalones pirata y cortos.El color blanco predominó como tono en el desfile de Totón Comella, diseñadora de la firma TCN, quien puso sobre la pasarela sus 77 maneras de acudir al baño, desde el mínimo triángulo hasta un vestido negro y largo de una transparencia de vértigo, con tejidos de aspecto fino y delicado que tienen la suficiente fuerza como para aguantar y hacer sentirse cómoda a la persona que asiste a un cóctel de cualidades que ella llama Compac, palabra que da nombre a su colección.

Después del blanco, Totón Comella introduce el tono piedra y de ahí pasa al gris y al azul cielo, y del pistacho al caqui y al negro. Del resto de las propuestas de la diseñadora, también destaca la delicadeza de los tirantes extrafinos, el ribeteado en plástico transparente pespunteado en zigzag, anillas y remaches niquelados, camales bajos inspirados en los años setenta y hasta unas bragas regulables que pueden ajustarse a la cintura mediante un cordoncito.

Guiño al futuro

La pasarela Gaudí hace de paso un guiño al futuro con la presentación mañana de una colección creada por las ganadoras de los premios Smirnoff 98. Un total de 20 diseños creados por Ana Gómez Vaquero, Montse Ponsdomènech y Amparo Moles, las tres jóvenes diseñadoras que resultaron premiadas en la edición nacional presentada en Madrid el pasado mayo. También mostrarán mañana sus colecciones los creadores David Valls, Peter Aedo, Andrés Sardá y Guillermina Baeza.