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EL 'CASO LEWINSKY'

Los republicanos quieren difundir el vídeo de la confesión del presidente ante el gran jurado

La primera gran batalla partidista en el Congreso de Estados Unidos sobre el caso Lewinsky estalló ayer. La mayoría republicana del comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes, en cuyas manos está ahora el caso, expresó su voluntad de hacer pública esta misma semana la declaración televisada que Bill Clinton efectuó ante el gran jurado el pasado 17 de agosto. La Casa Blanca y muchos congresistas de la minoría demócrata se oponían a la difusión de ese documento, en el que Clinton reconoció haber sostenido "relaciones inadecuadas" con la becaria, pero insistió en que su primera declaración bajo juramento sobre el asunto, el 17 de enero ante los abogados de Paula Jones, fue "legalmente correcta".

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Apretándole aún más el cerco al presidente, el senador republicano de Alaska Frank Murkowski presentó ayer una propuesta pidiendo que sea Clinton el que pague de su bolsillo el costo de la investigación de Starr sobre el caso Lewinsky. En los últimos ocho meses, Starr se ha gastado en ese asunto 4,4 millones de dólares (660 millones de pesetas), que se añaden a los 40 millones de dólares (6.000) de los más de cuatro años de investigación sobre el caso Whitewater. "Si el presidente no hubiera mentido desde el principio, los contribuyentes se habrían ahorrado ese dinero; así que debe pagar él", dijo el senador.Desde que recibió el informe del fiscal Starr -las 445 páginas difundidas el viernes por Internet y las 18 cajas de pruebas que le acompañan-, el Congreso es completamente libre de hacer lo que quiera con ese material. No está sometido a la obligación de secreto que pesaba sobre el gran jurado ante el que Starr orquestó su investigación.

Los republicanos insistían ayer en que, dada la negativa del presidente a aceptar por completo sus responsabilidades, los ciudadanos deben conocer todas las piezas del caso, empezando por el vídeo de su declaración de agosto ante el gran jurado. Ese vídeo está incluido en las 18 cajas con pruebas que Starr aportó al Congreso para sostener sus acusaciones de perjurio, obstrucción a la justicia, coacción de testigos y abuso de poder.

La minoría demócrata en el comité se oponía a la difusión del vídeo por no "humillar aún más al presidente". "Clinton", según un congresista demócrata que la ha visto, "no da la mejor imagen de sí mismo en esa grabación. En ocasiones pierde los nervios; otras veces muestra su confusión, sus ambigüedades, sus temores, su vergüenza. El que los norteamericanos le vean así dañará aún más su imagen".

El portavoz de la Casa Blanca, Mike McCurry, pidió ayer que el vídeo no sea sacado de su contexto, aunque "es discreción de la Cámara qué hacer con el material que le ha entregado el fiscal especial". McCurry rechazó también esa supuesta deuda de Clinton con los contribuyentes.

Los demócratas, entretanto, aplaudían el mensaje enviado el lunes a Clinton por sus dos principales líderes en el Capitolio, el congresista Richard Gephardt y el senador Tom Daschle. Sus correligionarios políticos pidieron a Clinton que, si quiere que los demócratas le defiendan en el Congreso, deje de marear la perdiz con tecnicismos legales como su negativa a que sus relaciones con Lewinsky no fueron sexuales. Los demócratas sostendrían entonces que la dimisión o destitución son un castigo excesivo para esos hechos.

El periodista Matt Drudge, el primero que reveló el escándalo Lewinsky a través de su página en Internet, ha difundido en el programa que ahora dirige en la cadena de televisión Fox News un vídeo en el que se ve a Clinton -en pantalones cortos porque había estado haciendo ejercicio- con una joven no identificada camino del estudio situado al lado del Despacho Oval. El vídeo muestra cómo la joven le limpia el sudor, lo que ha reavivado las especulaciones que circulan en Washington desde hace semanas sobre la posible existencia de otra relación entre el presidente y una becaria de la Casa Blanca.

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