La Calcografía expone estampas críticas sobre el poder de Felipe II
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se suma a los actos del cuarto centenario de la muerte de Felipe II con dos exposiciones sobre el dibujo italiano en la época de Felipe II y las relaciones del rey y el poder de persuasión de la estampa, con una visión crítica de su gobierno en los Países Bajos.En las salas de la Calcografía Nacional, de Madrid (Alcalá, 13), y con el patrocinio de la Fundación Caja de Madrid, se exponen hasta el 30 de septiembre una veintena de diseños de artistas italianos coetáneos del monarca, que forman parte de los fondos del gabinete de dibujos del museo de la Academia. Entre las obras expuestas figuran estudios de Giorgio Vasari, Tintoretto, Parmigianino, Baccio Bandinelli y Pierino del Vaga, junto con algunos de los artistas que trabajaron en el monasterio de El Escorial, como Luca Cambiasso, Peregrino Tibaldi, Federico Zuccaro y Rómulo Cincinnato.
A continuación de este montate se ha situado la exposición Felipe II y el poder de persuasión de la estampa, donde se resalta la utilización de la imagen impresa como vehículo de persuasión política. La mayoría de las 67 estampas procede del legado Rodríguez Moñino-Brey, que desde 1995 está depositado en la Real Academia Española. Este fondo de 3.600 obras, en el que destaca un conjunto de imágenes religiosas, retratos de personajes y sucesos históricos entre el siglo XVI y el XIX, está siendo catalogado en la actualidad. También figuran piezas de las colecciones particulares de Cervelló y Correa.
La muestra se divide en los apartados: la imagen del rey, las glorias del rey, la rebelión de los Países Bajos, sátira y leyenda negra y los hombres del rey. La imagen positiva, con sus victorias y la construcción del Escorial, como las obras de Perret sobre diseños de Juan de Herrera, contrasta con las estampas que muestran el origen de la leyenda negra antiespañola, con escenas de saqueos, matanzas y ejecuciones, donde destaca la iconografía difundida por el grabador Franz Hogenberg, y otras que satirizan al monarca, a Juan de Austria y al duque de Alba.
En el texto del catálogo se explica la escasa difusión de estampas del rey, por la falta de grabadores en España y por lo que Fernando Checa define como una imagen de la ocultación. En cambio, el duque de Alba, gobernador de los Países Bajos, utilizó las artes gráficas con unos fines mucho más combativos que su monarca.
