Azcona, García Sánchez y Galiardo rinden tributo a Mastroianni

Furio Bordon escribió en 1992 Las últimas lunas, que a la vuelta de tres años fue elegida por Marcello Mastroianni, quien la representó durante las dos últimas temporadas de su vida en Italia con éxitos absolutos y lágrimas emocionadas. El actor Juan Luis Galiardo, que sufrió a los 15 años el trauma de la muerte de su madre, se enamoró del montaje y convenció a sus dos amigos del cine, Rafael Azcona y José Luis García Sánchez, para traerla a España. La obra se estrenará el próximo día 24 en el teatro Lara de Madrid.

Azcona debió sentirse muy identificado con el protagonista de la obra, un viejo profesor de literatura que recuerda a tantos personajes creados por el genial guionista riojano. Hasta tal punto que el habitualmente huidizo escritor aceptó ayer comparecer en público para presentar el resultado de su adaptación. Azcona dijo no haber tenido grandes dificultades para traducir "una obra llena de ironía y sarcasmo, desgarradora a la vez que ejemplar, de la que me siento muy cerca porque yo también soy viejo".Escoltado por el director José Luis García Sánchez, el protagonista y productor Galiardo, y el actor Juan Perezagua (completa el reparto Carmen Elías), Azcona disertó -en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), en Madrid- distendido sobre su condición de "persona mayor". "Me encantó leer la obra porque asoma a un fenómeno de hoy. Ahora ya no se dice que uno es de la tercera edad, eso es políticamente incorrecto. Ahora se dice personas mayores, pero la vejez de hoy es una cosa durísima. Cuando yo era pequeño, la gente era ya venerable a los 45 años, pero por ejemplo no había riesgo de acercarse a los niños y hablar con ellos, porque no existía eso del acoso sexual. Ahora los viejos, perdón, las personas mayores, estorban en las casas. Y los niños van diciendo por el pasillo: "Cuando se muera el abuelo yo voy a utilizar su cuarto". Y así los ves, llorando en El Corte Inglés, medio abandonados, tardando muchísimo en pagar en la cola".

Impulso emotivo

Tras la breve intervención del adaptador ("yo ya he cobrado y ahora lo que pase es cosa de estos dos"), tomó la palabra Juan Luis Galiardo, que explicó que la obra le llegó muy dentro por el impulso emotivo que había notado Mastroianni al aceptar hacerla. "Yo, que he sido un fracasado de la vida familiar, vi que Marcello pensaba lo mismo que yo de la obra. Que la familia se va a tomar por el culo sin remedio". Galiardo leyó luego algunos fragmentos de Las últimas lunas, una vez que el hombre mayor ha ingresado ya en la residencia Villa Delicia, y declara en un monólogo tragicómico que los últimos románticos son los amantes de los clásicos.Furio Bordon, nacido en Trieste, fue el director desde 1988 a 1992 del Teatro Stabile de esa ciudad y es un prolífico autor dramático ganador de numerosos premios. Con Las últimas lunas, obtuvo el premio del Instituto del Drama Italiano por el mejor texto del año en 1994.

La función arranca en una habitación que un día fue de unos niños, con una maleta abierta y vacía en el suelo, el padre avejentado, escuchando música de Bach, con la mirada perdida y tras él, en elegante traje de noche, su mujer muerta hace ya 40 años.

Azcona y García Sánchez reconocieron que Galiardo ha sido el motor del proyecto, y el guionista duda de si el actor recordaba que una de las primeras películas que escribió, El cochecito, trataba de un hombre que se resistía a convertirse en miembro "de una especie a extinguir: la de anciano". Amabilísimo, Azcona contó, una vez acabado el acto, que los tres amigos consideran el montaje una especie de homenaje póstumo a Mastroianni. "Yo hice tres películas con él y con Ferreri y era todo un antidivo, un galán que repudiaba la galanura, y en alguna parte he visto que Bordon recuerda que cuando vio el texto se enamoró de él como se había enamorado antes de su papel de Casanova viejo.