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Entrevista:ANDALUCÍA, SIGLO XXI

"El gran reto de Andalucía es superar los desequilibrios internos"

La ordenación del territorio y la lucha contra la desigualdad son para Andrés García Lorca dos retos fundamentales de Andalucía. Aunque considera que éste es un debate que se tendría que haberse producido hace tiempo, confía en que el Foro Andalucía Nuevo Siglo impulse un mayor compromiso de los actores sociales andaluces con la búsqueda de soluciones.

Pregunta. ¿Qué opinión le merece el Foro Andalucía Nuevo Siglo? Respuesta. A mí me parece siempre positiva cualquier propuesta que se haga para reflexionar sobre Andalucía. Desde ese punto de vista me siento plenamente identificado. Aquí podríamos hacer muchas valoraciones. Pero pararse en un momento determinado después de una gestión de gobierno, en este caso más de una década de gobierno socialista, a reflexionar sobre cuál es el futuro de Andalucía me parece interesante y necesario. P. ¿Habría sido necesario incluir a más personas en el Foro? R. Siempre es bueno tener el mayor número de opiniones, pero si se genera un marco ágil de opinión, porque si no es inviable. De todas formas un foro de doscientas personas es ya de por sí significativo. Aumentar el número es bueno siempre y cuando se establezcan los niveles de participación adecuados para que sea operativo. P. ¿Qué lastres debe soltar Andalucía para entrar en el nuevo siglo? R. Están expuestos con mucha claridad en el documento de base. Creo que en gran parte de este debate que se está produciendo en torno al foro no se ha reflexionado en profundidad sobre las propuestas. Mi participación en el foro está dentro de un apartado que es La Andalucía cohesionada. Y creo que los objetivos que se plantean ahí son los correctos. Trataremos de una realidad, como es la andaluza, que se ha caracterizado muchas veces por los desequilibrios internos. En la parte que a mí me corresponde creo que el reto está ahí, en la superación de los desequilibrios internos de Andalucía que se manifiestan tanto en las infraestructuras como en equipamientos y en el uso que se hace del territorio. P. ¿Existe una voluntad real de superar esos desequilibrios? R. Ése es el gran reto. De un lado están los desequilibrios internos y, de otro, la articulación de Andalucía con el exterior. Efectivamente esto es un problema que exige decisiones políticas de largo alcance. No es un problema de una política de partido, sino de una política global de todas las fuerzas sociales andaluzas. Los desequilibrios internos son muchas veces de carácter territorial, pero también son desigualdades sociales que hay que superar. Y se superan, fundamentalmente, y aunque parezca una paradoja, a través de actuaciones territoriales. P. ¿No existe el riesgo de que el debate se quede en una aportación de propuestas teóricas? R. El documento lo que hace es definir una situación que yo asumo. Entiendo que el documento es perfectamente asumible, independientemente de cualquier posición ideológica o política. Pero a esos principios después hay que darles cuerpo y el problema está en darles un sentido real, con actuaciones muy concretas. Un ejemplo es el mundo rural y el mundo urbano. Habrá que concretar las medidas que habrá que tomar en los llamados espacios rurales para equipararlos a los urbanos, en servicio, en calidad de vida, etc. Qué oportunidades van a tener las gentes que viven en situación marginal. La ordenación del territorio para mí es clave en el desarrollo andaluz. Pese a que hay una ley, no se está llevando a la práctica. P. ¿Dónde se localizan los principales problemas ahora? R. En las áreas del interior, en aquellas que están fuera de los grandes ejes de comunicación. Desde el punto de vista territorial tenemos serios problemas de abandono, como consecuencia de la falta de oportunidades. Y es un tema de los que hay que corregir, la falta de oportunidades que tienen algunas áreas de Andalucía. Pero eso no se resuelve con fórmulas de turismo rural. Hay que darle otros contenidos, otras nuevas alternativas de desarrollo y quizás sea en generar oportunidades económicas para las áreas deprimidas donde tengamos que agudizar el ingenio. Dentro de los mismos espacios urbanos se dan esas bolsas de pobreza. Otro de los grandes retos es la integración de los barrios marginales que tienen una problemática que se agrava y que hay que afrontar. P. ¿Cuál es el papel de la comunidad andaluza frente al resto del territorio nacional? R. Creo que es un papel aglutinador entre realidades territoriales muy diferentes. Y esa es la proyección de Andalucía con respecto a América Latina, Africa y el Mediterráneo. Hay otro aspecto importante y es que, desde el punto de vista nacional, Andalucía no es una comunidad desintegradora, al contrario. Aquí no hay un nacionalismo burgués identificado con sus propios intereses, hay una idea de que Andalucía trasciende su propio territorio y se integra perfectamente en lo que es la comunidad nacional. La capacidad de integración es lo que caracteriza a Andalucía, no el hecho diferencial. P. ¿Cree que los ciudadanos tienen realmente conciencia de lo que supone el Foro? R. Creo que no. Seamos sinceros, la implicación que tiene el Foro de Andalucía no ha llegado a la sociedad entre otras cosas porque no lo conocen. No ha alcanzado un buen nivel de difusión. Incluso parlamentariamente se tenía que haber abordado en un principio. Este es un debate que tenía que haberse producido hace ya varios años. Vamos con retraso. Si las políticas que se hubieran aplicado desde la transición democrática hasta la fecha hubieran sido todo lo eficaces que se preveían este debate era innecesario. En realidad, se produce porque no se han encontrado soluciones. P. ¿Existe el riesgo de que el Foro se politice? R. Ése es un riesgo que entiendo. Creo que el documento de síntesis tendría que haberse debatido previamente, aunque personalmente creo que responde profundamente a las necesidades de Andalucía. El problema es más formal que conceptual, pero al fin y al cabo es un problema. El foro se puede entender como la panacea de las soluciones y no será nada si no existe voluntad real por parte de todos los actores sociales. Y se puede perder una oportunidad porque a la gente independiente si se la empieza a encasillar políticamente puede inhibirse y la idea nacería muerta desde el principio. En este sentido, sí que apelo a la generosidad de los dirigentes políticos.

"La falta de oportunidades de algunas áreas del interior no se resuelve con turismo rural"

Andrés García Lorca 50 años. Casado y con cuatro hijos. Profesor de la Universidad de Almería en el área de Análisis de Geografía Regional. Sus estudios abarcan la ordenación del territorio y el medio ambiente.

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