La música de Raï Kum transmite la esperanza para lograr la paz en su país
Tocó a su fin ayer el XIV Festival Internacional de Folk de Getxo, una edición que ha registrado un notable éxito de público. Entre sus principales reclamos figuraba la actuación de Raï Kum, conjunto que el pasado jueves ofreció una buena muestra de eclecticismo a la hora de fusionar música raï con diferentes estilos. Tras 11 años de actividad, el grupo, formado por músicos franceses y beurs (hijos de argelinos nacidos en Francia), tendrá próximamente en el mercado un primer álbum publicado por la multinacional Virgin.
En opinión de Yahia Mokeddem, líder y vocalista de la banda, el motivo de la tardanza en debutar es claro: "Nos juntamos en una época en la que todos los miembros tocábamos con otros artistas famosos, como Cheb Babi, Cheb Moumen y otros cantantes. Coincidimos y decidimos hacer un grupo tocando nuestra música, pero no nos quedaba mucho tiempo para centrarnos en Raï Kum y despegar definitivamente. Ahora nuestra intención es actuar por todo el mundo para que nos conozcan". Para seducir a su potencial público, muy heterogéneo en su opinión, Raï Kum ofrece una singular receta en que diversos estilos se hermanan con el raï. Dicha propuesta les ha valido una reputación de innovadores que aceptan gustosos. "La música raï existe en Argelia y en otros países arábigos como vehículo para hacer llegar a la población lo que piensan los jóvenes. Quieren hablar de lo que les preocupa y en el imperio arábigo no es fácil hacerlo. La canción es un buen medio. Pero nos interesan otros estilos: música africana, jazz, soul... Cada miembro viene con sus ideas e influencias y, valiéndonos de ellas, procuramos hacer una música diferente al raï que ya existe. Aportamos la alegría de la fiesta con el fin de que la gente pase un buen rato", describe el hermano del también artista Amar Mokeddem, para quien "la música no tiene fronteras". En cuanto a la persecución que, por parte del integrismo islámico, padecen muchos intérpretes de raï, el grupo, residente en Francia, afirma no tener miedo. Sin embargo, Mokaddem no oculta su desasosiego por la situación política en su país de origen. "Nos preocupa mucho, pero no podemos hacer nada. Únicamente podemos cantar sobre las cosas que nos preocupan y mostrar nuestra tristeza. No creo que a través de la música se puedan solucionar los problemas, pero da esperanza. Con nuestras canciones, esa misma esperanza la transmitimos a los jóvenes y a la población para que el país se normalice".
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