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"Los Albertos" inician el macrovertedero tras una excavación arqueológica fallida

Antonio Jiménez Barca

El macrovertedero del siglo XXI, donde se almacenarán las basuras de la capital durante los próximos 30 años, ha iniciado su andadura. La empresa Vertresa, propiedad de Alberto Alcocer y Alberto Cortina, conocidos como Los Albertos, ha comenzado las obras tras descartarse la existencia de restos de valor arqueológico. La excavación, impuesta por la Comunidad y dirigida por la Dirección General de Patrimonio Cultural, ha concluido sin encontrar "ningún mamut ni nada interesante" que aconsejara retrasar los trabajos, según explicó a este periódico el concejal de Medio Ambiente de Madrid, Adriano García Loygorri. La Comunidad de Madrid condicionó su autorización al proyecto a que se hicieran antes excavaciones arqueológicas, ya que la finca elegida para construir los nuevos depósitos de basuras, ubicada junto al actual vertedero de Valdemingómez (distrito de Vallecas Villa), se encuentra dentro de una zona de alto valor arqueológico. Tras confirmarse la inexistencia de restos valiosos, Vertresa inició la semana pasada las obras de movimiento de tierras.García Loygorri espera que el nuevo depósito de basuras, que costará 11.000 millones y permitirá almacenar los residuos sólidos urbanos de Madrid durante los próximos 30 años en siete depósitos distintos, pueda ser inaugurado en otoño de 1999. Cuando comience a funcionar el nuevo almacén de basura, se cerrará definitivamente el actual vertedero de Valdemingómez, que lleva más de dos años acumulando más basura de la aconsejable ante la inexistencia de un depósito alternativo.

Los Albertos explotarán el negocio del vertedero durante los próximos 25 años, por lo que obtendrán del Ayuntamiento de Madrid unos ingresos próximos a los 50.000 millones de pesetas. En el nuevo depósito de basuras habrá una planta para la separación de residuos, un horno para incinerar animales muertos y un complejo para el tratamiento de los muebles viejos que lleguen hasta Valdemingómez.

El viejo vertedero (inaugurado hace 22 años) se convertirá en un parque, según el proyecto que prepara el edil de Medio Ambiente. Antes de poder plantar los arbustos, el Ayuntamiento deberá extraer el gas metano acumulado en el viejo basurero para producir energía eléctrica. Incluso ha pensado el concejal García Loygorri en estudiar si el gas que se extraiga del vertedero puede servir como combustible para los autobuses especiales de la Empresa Municipal de Transportes (EMT).

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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