Estados Unidos asegura que es "inminente" un ataque militar iraní contra Afganistán
Irán ha concentrado en su frontera con Afganistán miles de soldados apoyados por aviones, carros de combate y misiles, en lo que parecen ser los preparativos de un "inminente ataque contra los talibán", según informó ayer el diario The Washington Post citando fuentes del Pentágono y los servicios de espionaje de Estados Unidos. Los iraníes, según esas fuentes, han realizado esos movimientos de tropas y armamento bajo el paraguas de unos ejercicios militares denominados Ashura3. El objetivo sería castigar a los talibán por el asesinato de 10 diplomáticos iraníes en Mazar-i-Sharif.
Por si hubiera pocas dudas sobre las verdaderas intenciones militares iraníes, la emisora oficial Radio Teherán aseguró ayer que su Gobierno tiene el derecho, al amparo de la legislación internacional, de efectuar cualquier acción de castigo en el interior de Afganistán en respuesta al caso de los diplomáticos. Éstos fueron capturados por los talibán en la conquista de Mazar-i-Sharif, al norte de Afganistán. Según Amnistía Internacional, los diez diplomáticos y el periodista iraní detenidos están muertos y enterrados en una fosa común.Los talibán también creen que el ataque iraní es inminente, pues han puesto en marcha un programa de autodefensa con entrega de armas a miles de civiles.
La tensión entre los regímenes islamistas rivales de Teherán y Kabul (éste apoyado por Pakistán) se ha incrementado en las últimas semanas. El régimen iraní está basado en la lectura militante del islam shií, mayoritario en la antigua Persia, que alumbró el fallecido imam Jomeini. Los talibán, por su parte, han desarrollado una versión extremista del islam suní, mayoritario en Afganistán. Pero en Irán existe una minoría suní, al igual que en Afganistán una minoría shií que complica la situación. Una y otra son vistas como quintacolumnistas enemigas.
Otra diferencia entre Teherán y Kabul se centra en las críticas iraníes al fanatismo con el que los talibán aplican la ley coránica. Irán ha sido percibido en Occidente en las dos últimas décadas como el país islámico más estricto en esta materia, cuando Arabia Saudí lo es mucho más. Ahora los iraníes denuncian los excesos de los talibán, en particular su prohibición de que las mujeres de cualquier edad cursen estudios o trabajen. Las iraníes no tienen esos problemas.
La rivalidad se ha convertido en explosiva tras los recientes informes que aseguran que los talibán han asesinado en los últimos días a una decena de diplomáticos iraníes en la ciudad septentrional afgana de Mazar-i-Sharif, que conquistaron el mes pasado. En ese antiguo baluarte de la oposición, la minoría musulmana shií está siendo diezmada por los talibán, según los informes de varias organizaciones internacionales de derechos humanos. Amnistía Internacional ha informado de las ejecuciones sumarias de varios miles de civiles. Irán sigue con inquietud las penalidades sufridas por sus correligionarios en Afganistán.
No hay superioridad
A finales de agosto, Irán inició unos ejercicios militares llamados Ashura3 en las inmediaciones de su frontera nororiental con Afganistán. Los iraníes, según el espionaje norteamericano, han concentrado unos 35.000 soldados -procedentes en su mayoría del cuerpo de élite de los Guardianes de la Revolución-, 25 cazabombarderos, 80 tanques T-72, 2 baterías móviles de misiles SA-6, 90 piezas de artillería pesada y 60 vehículos blindados. También han construido en las cercanías de su ciudad de Ahmadabad un hospital de campaña.Los expertos militares norteamericanos creen que una intervención militar iraní en Afganistán no sería un paseo victorioso. Teherán, según esos expertos, no tiene una superioridad militar aplastante frente a los talibán, que podrían compensar sus lagunas con la mayor combatividad y experiencia que les daría el hecho de luchar en su propio terreno. En consecuencia, los analistas creen que los iraníes planean ataques aéreos e incursiones terrestres de alcance limitado.
Estados Unidos, enfrentado a las dos partes, tendría poca influencia en el conflicto y optaría por declararse neutral, como hizo teóricamente durante los ocho años de la guerra que enfrentó en los años ochenta a Irán e Irak y costó un millón de vidas. Pero si en aquella ocasión sus simpatías estuvieron más bien del lado iraquí, en ésta se inclinarían hacia Irán.
Irán es el principal aliado de la Alianza Septentrional, la coalición de grupos y milicias que se opone al control definitivo de Afganistán por los talibán. Según fuentes norteamericanas, Irán podría estar trabajando en coordinación con Rusia, Uzbekistán y Tayikistán en un proyecto para impedir que los talibán consoliden su control de las provincias de Faryab y Baghbis, en el extremo noroccidental de Afganistán.
[Unos 60 combatientes talibán murieron el 27 de agosto por una fuerte explosión en un depósito militar en Kabul, según informaron ayer fuentes de la ONU citadas por France Presse.]
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