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La mayoría de ambulatorios carece del aparato que lee los datos de la banda magnética de la tarjeta sanitaria

VIENE DE LA PÁGINA 1 Hay ambulatorios, como el de la calle del Foc, en la Zona Franca, en donde los administrativos aseguran que tienen el aparato lector de la banda magnética de la tarjeta sanitaria, "pero nunca ha llegado a funcionar", dicen con resignación. En este CAP, un cartel situado en el mostrador de admisiones conmina a los usuarios a solicitar su tarjeta sanitaria, o bien a renovarla en el caso de que hayan apreciado algún tipo de error en los datos personales. Los únicos centros que empiezan a utilizar realmente este sistema de lectura automática de datos son los llamados Áreas Básicas de Salud (ABS), centros asistenciales que funcionan como unidades territoriales de los ambulatorios de barrio o de distrito de las áreas urbanas. "Los jóvenes son los que más usan la nueva tarjeta para pedir visita con el médico", afirma una administrativa encargada de las admisiones de una ABS de Barcelona, quien reconoce que, como mucho, la utiliza el 50% de los pacientes. A pesar de su escasa utilidad, muchos ciudadanos están recibiendo por correo en los últimos meses la nueva tarjeta sanitaria individual. En una carta, el Servicio Catalán de la Salud informa de que esta última sustituye e invalida a la anterior, que se deberá retornar al centro de atención primaria correspondiente. El nuevo documento del SCS se asemeja, como el anterior, a cualquier tarjeta de crédito. Dentro del sobre que recibe el titular de la tarjeta, un folleto le informa de que la tarjeta sanitaria individual "es el documento que facilita el acceso a los centros de la red sanitaria de utilización pública" y que la cartilla de la Seguridad Social se deberá seguir utilizando para los trámites no sanitarios, como las cotizaciones de la Seguridad Social o la jubilación. Antoni Gratacós cree que lo importante es la gestión sanitaria de los datos de los usuarios, y no tanto las 60 pesetas que cuesta editar y enviar la tarjeta a cada ciudadano. "Es la primera vez", asegura, "que se ha hecho un esfuerzo por tener un registro actualizado de la población sanitaria". Sin embargo, hay comunidades como la aragonesa en donde se inició con anterioridad este trabajo. Gratacós resalta la conexión informática al SIAP de los 300 centros de asistencia que hay en Cataluña, lo que permite a la Administración sanitaria estudiar las necesidades de cada ambulatorio. Falta por conectar los 800 centros sanitarios municipales de pequeñas localidades.

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