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La anchoa no corre peligro de extinción en el Cantábrico, según un estudio de Azti

La población de anchoa en el Golfo de Vizcaya no corre peligro de extinción. La biomasa de esta especie se ha estabilizado en torno a las 65.000 toneladas de promedio, de acuerdo con los datos manejados por el Instituto Tecnológico Pesquero (Azti), dependiente del Departamento de Agricultura del Gobierno vasco. Andrés Uriarte, biólogo de Azti, considera que en la actualidad la anchoa "está siendo explotada racionalmente" en el Golfo de Vizcaya y que, pese a la disminución de su número a partir de los años sesenta, desde 1994 se mantiene estable. Uriarte aseguró que el descenso registrado en el volumen de capturas en las últimas décadas puede deberse a causas ambientales naturales, como el enfriamiento del agua. El especialista de Azti, centro que realiza el recuento del número de anchoas en el Golfo de Vizcaya desde 1987, aclaró que la población de esta especie es "altamente variable", ya que un mal año puede contar con tan sólo 15.000 toneladas en el mar y al siguiente subir hasta las 100.000. En su opinión, esto es debido a que la anchoa está sometida a una gran mortalidad natural, que anualmente puede afectar a entre el 70% y el 80% de los individuos. Por este motivo, la población debe renovarse cada año y son los ejemplares nacidos en una temporada los que soportan el peso de la reproducción de la campaña siguiente. PASA A LA PÁGINA 3

La pesca controlada no altera la cantidad de anchoa que vive en el Cantábrico

VIENE DE LA PÁGINA 1 Andrés Uriarte, biólogo de Azti, insistió en que las pesquerías "no son la causa principal de mortalidad" de la anchoa y recordó que, "como medida de precaución", las capturas máximas permitidas en el Golfo de Vizcaya son de 33.000 toneladas, que luego se reparten en cuotas a los diferentes países. La reciente campaña de la anchoa en Euskadi ha permitido capturar 4.817 toneladas, doce más que el pasado año. Además, se ha doblado el precio de venta en lonja, donde se han llegado a pagar 514 pesetas por kilo. Azti realiza todos los años un recuento de las huevas de anchoa existentes en el mar, en una zona comprendida entre el sur del río Loira y la costa de Cantabria, lo que permite conocer el número de individuos que viven en las aguas y la fecundidad de los ejemplares adultos. Gracias a esos estudios, que tienen un margen de error del 20% y han sido realizados en colaboración con el Instituto Español de Oceanografía y su homólogo francés, se ha podido constatar que en 1987 la biomasa de anchoas existente en el mar era de 29.365 toneladas, 63.500 en 1988 y que este año se prevé ronde las 60.000 toneladas. El biólogo explicó que no hay datos de la población de anchoas en el Golfo de Vizcaya antes del año 1987, pero opinó que esta especie debía ser más numerosa, ya que las capturas eran más abundantes.

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