"Vimos muchos muertos y todo lleno de sangre"
Miguel Yoldi, uno de los estudiantes españoles del grupo que salió ileso del atentado, contó ayer que vio muertos y sangre por todas partes. Miguel tiene 14 años y ésta era la primera vez que se iba a estudiar inglés a Irlanda. Miguel y sus compañeros de curso estaban el sábado a primera hora de la tarde junto al lugar en el que estalló la bomba. Sus padres aún no se explican cómo Miguel, tan joven, tuvo una reacción tan adulta y cauta como para alejarse del lugar cuando avisaron de que había una amenaza de bomba. "Lo normal es quedarse a curiosear", dice su padre. No fue así. Miguel se refugió en un parque cercano y desde allí pudo ver lo ocurrido: "Vimos un montón de muertos y sangre por todas partes". El relato, realizado primero a Canal Sur, fue preciso: "Antes de la explosión había un coche rojo parado. Nos dijeron que era por un aviso de bomba y corrimos hacia el edificio donde estaba la bomba, pasamos al lado de la bomba, que podía haber explotado en cualquier momento, y al final nos fuimos al parque y a los diez minutos estalló".
"Sentir" el suelo
En el momento de la explosión, se encontraban a unos 200 o 250 metros del lugar, por lo que Miguel dice que "sintieron" el suelo. "Estábamos sentados unos amigos y yo en un parque, haciendo tonterías y bromas cuando oímos un gran estruendo, que era la bomba, y saltamos todos y nos agachamos agarrándonos", relató. "Después, un amigo y yo fuimos a ver qué había pasado. Vimos un montón de muertos y sangre por todas partes, y luego hubo otro aviso de bomba cerca del parque y todos huimos hacia otro parque cercano y nos escondimos bajo los árboles, y allí estuvimos todo el rato hasta que nos avisaron de que ya había terminado todo y ya no había más bombas", continuó. Miguel Yoldi aseguró que se encontraban en el lugar del atentado y sus proximidades unos veinte españoles, y que han muerto algunos de sus amigos irlandeses. Su padre comentó ayer que Miguel se siente muy afectado por el hecho de que la amiga española con la que iba todos los días a clase estuviera herida en el hospital de Belfast, que es donde "están los más graves".
Ésta no era la primera excursión que hacía Miguel este mes a Irlanda del Norte. Hace días visitó Londonderry. Su padre dijo que él y su esposa se extrañaron al principio de que se acercaran a lugares antes castigados por el terrorismo, pero que no se alarmaron: "Cuando la noche del sábado supimos que había estallado la bomba y nuestro hijo estaba allí, sí comentamos que quizá habíamos asumido un riesgo innecesario. Pero no puedes dejar de ir a estos sitios por estas cosas".
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