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GOLPE A LA PAZ EN EL ULSTER

El padre del pequeño fallecido fue herido en un atentado de ETA

Fernando Blasco Baselga, muerto en el atentado terrorista del sábado en la localidad norirlandesa de Omagh, habría cumplido 13 años el próximo mes de noviembre. Madrileño, de talla media, tenía el cabello castaño y la mirada límpida de los adolescentes, cuentan sus familiares. Quinto hijo de los seis del matrimonio de Manuel Blasco y Lucrecia Baselga, vivía en la zona alta de la avenida de Arturo Soria y estudiaba en la clase F del primer curso de enseñanza secundaria obligatoria en el colegio El Recuerdo, que la Compañía de Jesús tiene en el madrileño barrio de Chamartín. Su profesor de educación física, Pedro Pintado Palacio, le define así: "Era un muchacho activo, de carácter encantador y muy integrado en su grupo". Fernando jugaba balonmano en el equipo de su colegio. Su hermana Lucrecia Blasco Baselga, de 14 años, también resultó herida en el rostro y en el oído tras la explosión de Omagh. "Requerirá de una intervención de cirugía estética, según nos han dicho, pero se encuentra fuera de peligro", informó anoche en Madrid un tío de los niños.

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El niño y la monitora españoles que perecieron en Omagh estaban de excursión en el Ulster

Juan Pablo, otro de los hermanos, también viajó a Irlanda con ellos a primeros de agosto. Él no se desplazó a la localidad de Omagh en la excursión en la que Fernando y Lucrecia sufrieron los efectos de la atroz explosión.

El año pasado, los hermanos Blasco Baselga también viajaron a Irlanda. Años antes, el 9 de junio de 1992, Manuel Blasco Siegrit, padre de los niños, fue una de las 13 víctimas no graves de un atentado cuando surcaba en su automóvil las inmediaciones de la calle Madre de Dios, junto al hipermercado Jumbo. Hizo explosión un coche bomba con treinta kilos de amosal. La deflagración, atribuida a ETA Militar, hirió a diez militares y a tres civiles.

Manuel Blasco se reunirá hoy con su esposa, Lucrecia Baselga, que ayer llegó a Irlanda del Norte, para hacerse cargo del cadáver de su hijo. El resto de la familia se concentró en Madrid. Con pesadumbre y esperanza recordaron a los niños.

"La Virgen se ha llevado con ella a Fernando el día de la Asunción", dice su abuela con un pesar profundo, aunque con entereza como para recordar a su nieto con una sonrisa llena de afecto y de dulzura.

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