Frenazo judicial a la batalla contra el tabaco en Estados Unidos
La batalla que libra Estados Unidos contra el tabaco, encabezada por el presidente Bill Clinton, ha sufrido un serio revés, ya que los tribunales han negado a la Agencia de Fármacos y Alimentos (FDA) la capacidad de regular el consumo de cigarrillos. En agosto de 1996 dicha agencia limitó la publicidad exterior en tiendas y máquinas de venta de tabaco y obligó a comprobar la edad de los compradores. La sentencia de la corte federal de apelación, por dos votos a favor y uno en contra, señala que la FDA se extralimitó en las funciones que corresponden al Congreso de EEUU. El anuncio de que el departamento de Justicia recurrirá la sentencia y las críticas de las organizaciones médicas contra ella se han producido de inmediato.
"Esta sentencia es ultrajante", ha declarado el responsable de la Asociación Estadounidense del Corazón, quien recordó que el tabaco provoca 400.000 muertes cada año sólo en enfermedades cardíacas. "La Sociedad Estadounidense contra el Cáncer confía en que el Tribunal Supremo rechace la decisión", han añadido desde la otra gran asociación médica.
La polémica decisión de la corte de apelación supone un freno para la política del presidente Bill Clinton, empeñado en preservar a las generaciones jóvenes del hábito del tabaco. Tampoco han progresado hasta ahora los intentos de una buena parte del Congreso por imponer a las tabaqueras un acuerdo económico que compense por los daños del tabaco y que podría superar los 500.000 millones de dólares.
Negociaciones
Las negociaciones entre los abogados de cada estado y los de las compañías tabaqueras han llegado a buen puerto en cuatro estados, pero no en el resto de EEUU. La sentencia que niega a la FDA la capacidad de regular la venta de tabaco señala específicamente que "la FDA ha excedido la autoridad garantizada por el Congreso".
Esta decisión invalida la adoptada el 25 de abril de 1997 por el juez de distrito de Carolina del Norte William Osteen, quien había sentenciado que la FDA tenía autoridad para regular distintos aspectos sobre el consumo del tabaco.
En la misma línea se ha pronunciado ahora, aunque de nada ha servido, el juez de la corte de apelación federal que ha disentido con su voto de la decisión contra la FDA, quien ha recordado las 400.000 muertes anuales que provoca. Si los cigarrillos y todas las variaciones del tabaco son responsables de enfermedades y muertes a gran escala, "el intento de la FDA de regular su uso por parte de los niños no puede ser contrario a la ley", señala el juez Kenneth Hall, que ha emitido su voto discrepante. La decisión de la corte de apelación deja opción a un recurso ante el Tribunal Supremo, que puede anular la sentencia, tal como esperan la mayor parte de las instituciones antitabaco.
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