Invento
En agosto, como todos ustedes saben sobradamente, sale a navegar el monstruo del lago Ness, una especie de boa gigante, diplodoco, dragón y submarino alemán pilotado por enanos de circo. Es el mes de las serpientes de verano y los comentaristas debemos aceptar nuestra servidumbre. Somos esclavos de la novedad. ¡Qué se le va a hacer!Así que he decidido entretenerles esta mañana de ocio con el último descubrimiento de la ciencia transgénica, esa técnica que alcanzó la popularidad gracias a la oveja Dolly y que mediante la manipulación de los genes permite la creación de animales nuevos y más fantásticos que los imaginados por Borges. Pues bien, he leído en la prensa belga que unos laboratorios flamencos están próximos a comercializar un perro guardián extremadamente celoso de su territorio, el cual, en lugar de emitir desagradables ladridos, trina con la alegría y la desenvoltura de un canario. De ese modo sus dueños pueden solazarse todo el día con el pío-pío de estos bichos artificiales y se evitan los sobresaltos que producen los agresivos ladridos de los perros de presa al paso de cualquier merodeador. Y lo que es aún más interesante, los peligrosos ladrones, los odiosos intrusos y forasteros que vagan o curiosean por nuestras propiedades, atraídos e incluso subyugados por el silbido lírico y cantarín del animalito, el cual ve crecida su habilidad en presencia de extraños, se descuidan de manera lamentable embriagados por el canto y puede entonces el perro morderles los fondillos de los pantalones con total impunidad y eficacia.
El invento se venderá bajo el nombre de Can Ario y está teniendo ya mucha demanda anticipada entre los estudiosos de Herder y otros adictos a la ciencia lingüística romántica y wagneriana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.