Clinton dice que se han encontrado pruebas que podrían determinar la autoría de los ataques
El presidente Bill Clinton anunció ayer que los investigadores federales enviados al África oriental tras los atentados contra las embajadas norteamericanas en Nairobi y Dar es Salam el pasado viernes habían encontrado "pruebas" que podrían determinar la autoría de los atentados. La afirmación de Clinton se produjo poco después de conocerse que las autoridades tanzanas estaban interrogando a una docena de individuos, aparentemente de origen sudanés, somalí e iraquí, en relación con los atentados que causaron dos centenares de muertos, entre ellos 12 ciudadanos estadounidenses.
"Nuestros equipos de investigadores sobre el terreno... están buscando y encontrando pruebas", afirmó Clinton en un discurso pronunciado en Kentucky, primera parada de un viaje de tres días, previamente programado, y reducido a dos para que el presidente pueda asistir a la llegada de las víctimas a la base aérea de Andrews, en las afueras de Washington, prevista para el jueves. Clinton reiteró su promesa de que el país "no regatería esfuerzos para poner a los asesinos a disposición de la justicia".Los cadáveres de 11 de los 12 funcionarios civiles y militares que perdieron la vida en los atentados salieron ayer de Nairobi con destino a la base de la Fuerza Aérea norteamericana de Ramstein, en Alemania. La víctima mortal número doce, una mujer casada con un ciudadano de Kenia, será enterrada en Nairobi. Entretando, se ha sabido que una de las víctimas, el cónsul general en Nairobi, Julian Bartley, que perdió la vida junto con su hijo Jay, fue cónsul en Madrid entre 1981 y 1984.
La secretaria de Estado, Madeleine Albright, se dirigió ayer a los funcionarios de su departamento en una emotiva ceremonia, cuyo objetivo era levantar la moral de los 6.000 empleados del Servicio Exterior de EEUU, profundamente afectados por la muerte de sus compañeros. Desde 1780, y hasta los atentados del viernes, 178 funcionarios del departamento habían perdido la vida en acto de servicio.
En el curso de su alocución, Albright, que vestía de negro en señal de luto, anunció una recompensa de dos millones de dólares (más de 300 millones de pesetas) para cualquier información que condujera a la detención de los autores de los atentados. Albright utilizó el mismo tono amenazante marcado por Clinton y otros altos funcionarios del Gobierno en sus primeras reacciones para reafirmar que EEUU "no será intimidado" por este tipo de actos.
Por su parte, la secreteria adjunta de Estado para Asuntos Africanos, Susan Rice, confirmó que el Gobierno de Tanzania había detenido a tres grupos de sospechosos en Dar es Salam, pero pidió prudencia y que no se echaran las campanas al vuelo. "No hay que conceder demasiada importancia a las detenciones", dijo, porque, según aclaró más tarde un funcionario del departamento sin identificar, se trata de "una redada rutinaria" realizada por la policía tanzana. Según el mismo funcionario, entre los detenidos en Dar es Salam se encuentran varios individuos de nacionalidad sudanesa e iraquí. A este respecto, se recuerda que tanto Irak como Sudán se encuentran en la lista de países patrocinadores de actos terroristas que elabora todos los años el Departamento de Estado.
Entretanto, fuentes cercanas al FBI han expresado su preocupación por la posible destrucción involuntaria de pruebas, dada la inexperiencia de la policía de Kenia en la investigación de este tipo de atentados. En la confusión que se produjo tras las explosiones, las excavadoras retiraron y arrojaron indiscriminadamente a depósitos de basura en Nairobi escombros de todo tipo que podrían arrojar indicios sobre el tipo de explosivo utilizado en los atentados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.