El Pentágono no tuvo en cuenta un informe sobre una escalada terrorista
Hace algunos años, la Oficina de Operaciones Especiales y Conflictos de baja intensidad del Pentágono archivó uno de los más completos informes que jamás habían llegado hasta allí sobre los aspectos cambiantes en el terrorismo a nivel global.El documento, titulado Terror 2000, había sido elaborado por 41 expertos, entre ellos antiguos miembros de la CIA, el FBI, el Departamento de Estado, la fundación Rand, un ex general del KGB soviético y un agente israelí. Sus conclusiones fueron tachadas de demasiado alarmistas y quedaron desechadas. "Es extravagante", comentó un cargo de la CIA.
Sin embargo, muchas de las predicciones citadas en el texto se han cumplido. Entre ellas, se decía que el terrorismo internacional golpearía en suelo estadounidense tomando como objetivo el mayor centro financiero de Estados Unidos. Los fanáticos crecidos dentro del propio país podrían suponer una gran amenaza para la seguridad interna. En los tres años que siguieron a la elaboración del informe, en 1993, dos bombas de gran potencia estallaron en el World Trade Center de Nueva York y en un edificio federal de Oklahoma City, convirtiéndose en los atentados más letales llevados a cabo por los terrorismos internacional y nacional en EEUU.
Terror 2000 señalaba también que en el exterior los extremistas utilizarían armas químicas o biológicas en un par de grandes redes metropolitanas. En 1995, un grupo extremista liberó gas sarín en el metro de Tokio, matando e hiriendo a cientos de personas.
Problema insoluble
La lección, mirando atrás, es que, de todas las formas de hacer la guerra que existen al final del siglo XX, el terrorismo puede ser la más insoluble.Los atentados simultáneos contra las embajadas de Estados Unidos en Nairobi (Kenia) y Dar es Salam (Tanzania) el pasado viernes subrayan la citada lección con una fuerza letal. Tanto si están motivados por odio ideológico como por codicia financiera o pasiones religiosas, los terroristas se han movido más lejos y más rápido para encontrar nuevos objetivos y tácticas más imaginativas que los funcionarios antiterroristas de cualquier Gobierno puedan haber tenido en cuenta.
Bajo el efecto de la carnicería ocurrida en el este de África, Terror 2000 es como un mapa de carreteras. Los pronósticos más conservadores estiman que los actos terroristas contra intereses de EEUU se incrementarán en un 15% en los próximos años. "Los terroristas del futuro se encontrarán con que necesitan cada vez acciones más espectaculares para superar la capacidad de los estadounidenses para asimilar lo que antes les había parecido intolerable", dice el texto.
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