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El ministro de Exteriores de Kabila deja el cargo y se pasa a la rebelión

Bizima Karaha, el joven ministro de Exteriores de Laurent Kabila, ha dimitido y se ha unido a la rebelión de los tutsis banyamulengues, que controlan dos ciudades clave del este del país, Goma y Bukavu. Karaha, que ya se encuentra en Goma, acusó al presidente de la República Democrática de Congo de corrupción, nepotismo y de ser un dictador. Kabila, quien prometió aplastar la rebelión, negó haber prometido a los banyamulengues la región de Kivu cuando éstos le auparon en el poder hace 15 meses.

La situación es harto confusa. En Kinshasa, el ministro de Justicia, Mwense Kongolo, anunció ayer el fin de la rebelión tutsi. Pero las tropas fieles al presidente Kabila se esmeran en evitar que la revuelta se extienda y tratan de recuperar el control de Goma, Bukavu y la base de Kitoma. Anoche llegaron noticias de que la lucha se había extendido a Kisangani, la tercera ciudad del país.En la capital, bajo el toque de queda, no hay rebeldes. Éstos fracasaron en la noche del lunes en el intento de expulsar a Kabila del poder. Los jóvenes de los barrios periféricos se han sumado a la policía y al Ejército en la caza del tutsi. Éstos, vestidos de civil, tratan de esconderse de las iras de sus compatriotas que les consideran extranjeros. No es un odio nuevo: proviene de los tiempos de la independencia y ya fue sabiamente utilizado por el ex dictador Mobutu Sese Seko.

Ahora, Kabila levanta su popularidad sobre el mismo odio. Esos tutsis fueron los que le auparon al poder hace 15 meses tras una rebelión que comenzó también en Kivu. Allí, no hay combates. Los rebeldes controlan Goma y Bukavu.

Zaire, que es cuatro veces el tamaño de España, acusa a Ruanda, un diminuto país del tamaño de Albacete y Murcia juntos, de haberle invadido. En Uvira, al sur de Bukavu, ya cerca de la frontera con Burundi, hay combates. Las tropas leales a Kabila tratan de recuperar el control de esa localidad.

La emisora rebelde Voz del Pueblo presentó ayer al opositor Arthur Zahidi Ngoma como coordinador del levantamiento. Ngoma, que el pasado abril se evadió de una prisión de Kabila, aseguró que "la rebelión es del pueblo congoleño, no de banyamulengues".

Los banyamulengues son tutsis que llevan doscientos años viviendo en Congo. Cuentan con el respaldo de Ruanda y Burundi, países gobernados por los tutsis. La región de Kivues extremadamente importante para Kigali, pues allí anidan las bandas armadas hutus que efectúan incursiones en su territorio. Acabar con ellas es el objetivo.

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