Otros infiernos
La Mostra de Venecia ofrecerá a primeros de septiembre el estreno europeo de Saving Private Ryan. Dará que hablar, ya lo está haciendo.Después de dar la de arena en Parque jurásico, y desquitarse con la de cal en La lista de Schindler, Spielberg compensó el semipinchazo económico de ésta volviendo a su circo de lagartos. Nuevo pinchazo: el asunto está averiado; en realidad, lo estuvo siempre, y su segundo paseo antediluviano consumió muchas menos palomitas de las previstas, por lo que Spielberg compensó su recaida en lo facil con otra incursión en lo arriesgado: Amistad, que le salió un globo hinchado, a merced de la punta de un cigarrillo.
Spielberg es de los pocos que pueden reincidir en proyectos de riesgo y, al fracasar Amistad, en vez de resucitar lagartos muertos, preparó a otro Schindler, este Saving Private Ryan, que quiere seguir a las pocas películas de guerra que se adentraron de verdad en este infierno, de King and Country, de Losey, a Attack, de Aldrich; de El puente, de Wicki, a Apocalypse Now, de Coppola. Todo un reto.
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