El hotel Colón de Caldetes
El hotel Colón echó el cerrojo hace dos veranos, pero todavía forma parte de la postal de Caldetes y se asocia con muchos recuerdos del pueblo, aunque ahora es pasto de la decrepitud y del abandono, y pronto desaparecerá, sustituido por un hotel moderno con instalaciones de talasoterapia. Visto desde la playa, el Colón parece uno de esos buques varados, sin agua bajo la quilla, condenados a convertirse en herrumbre; pero hace 80 años fue un lugar de moda, lleno de brillo y cuentas corrientes. Al acabar la I Guerra Mundial, el Colón pasó a ser casino, que enseguida atrajo a los industriales del sector textil y animó a alguno de ellos a construirse una casa en el municipio de Caldetes. Tal fue el éxito del casino que entró en servicio un tren directo desde de Barcelona, bautizado con el nombre Fletxa d"Or, e incluso se habilitó un pequeño aeropuerto donde aterrizaban las avionetas de los jugadores. La dictadura del general Primo de Rivera prohibió el juego y de golpe se acabaron los días de vino y rosas; el Colón volvió a ser sólo hotel. El encarecimiento de la hostelería y la proliferación de segundas residencias asestaron el golpe definitivo al pobre Colón. "Mucha gente que ahora tiene una casa o un apartamento fue al hotel durante años a pasar las vacaciones", recuerda Miquel, vecino de Caldetes.
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