Sin estrategias mágicas

La Administración de Clinton sueña de nuevo con echar a Sadam Husein del poder promocionando a la oposición de forma encubierta con dinero del Congreso. El único problema es que nadie en Washington ha resuelto cómo hacerlo. (...) No existen estrategias mágicas para controlar a Sadam, evitar sus amenazas a los países vecinos y bloquear sus esfuerzos en el desarrollo de armas de destrucción masiva. (...) El atractivo de las operaciones encubiertas es que son relativamente baratas, no requieren el envío de tropas de Estados Unidos y pueden ponerse en práctica sin los escépticos aliados de Washington en la Guerra del Golfo. En los últimos meses, el Congreso ha presionado a la Administración para que lleve a cabo acciones secretas contra Bagdad. Pero los grupos opositores de Irak están ahora más divididos y desacreditados incluso que en 1996. (...)

La más seria oposición interna a Sadam proviene de los grupos shiíes del sur de Irak, que cuentan con el apoyo de Irán, pero de los que Estados Unidos se mantiene a una saludable distancia. El Congreso Nacional Iraquí, del cual Washington esperaba que pudiera crear un Gobierno en el exilio, tiene escasos apoyos. Mientras tanto, los oficiales del Ejército iraquí son incomprensiblemente reacios a un golpe contra Sadam sin la clara promesa del respaldo del Ejército de Estados Unidos, que Washington está dispuesto a ofrecer. EE UU debería aprender de los errores pasados y evitar operaciones encubiertas en Irak.

Nueva York, 29 de julio.