Trillo tacha de impropio el debate del estado de la nación
, "El debate del estado de la nación es impropio de un régimen parlamentario y más bien pertenece a prácticas presidencialistas". Con esa rotundidad descalificó ayer esta gran cita parlamentaria anual el presidente del Congreso y de las Cortes Generales, Federico Trillo, en la conferencia que pronunció en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) dentro del curso que él mismo ha dirigido a lo largo de la semana sobre el 20º aniversario de la Constitución.
El presidente del Congreso encontró la justificación histórico-política de este debate, que se inició con los Gobiernos socialistas, como una iniciativa de Felipe González "para compensar sus ausencias parlamentarias". En su opinión, en él "siempre gana el Gobierno, que es el que elige el momento de convocarlo y el tema del que se va a hablar". En ese sentido, aseguró que, desde que se celebra, no recuerda que "nunca el líder de la oposición lo haya ganado".
Pese a lo anterior, Trillo explicó que "en las dos últimas legislaturas", en las que tanto el PSOE como el Partido Popular (PP) han gobernado con mayorías simples, "el debate sobre el estado de la nación se ha convertido en un complemento excelente para el control parlamentario del Ejecutivo".
Según Trillo, el Parlamento comenzó a recuperar relevancia política a partir de 1993, con la pérdida de la mayoría absoluta por parte del PSOE, algo que, en su opinión, había provocado un importante desplazamiento del poder hacia el Gobierno.
Soberanía compartida
En otro momento de su intervención de ayer, Trillo urgió a la reforma de la Ley de los Partidos Políticos, cuya tramitación está atascada en el Congreso, porque, en su criterio, la vigente propicia una "falta de transparencia".También pidió Trillo el desbloqueo de las listas cerradas en las candidaturas electorales y la reforma definitiva del Reglamento del Congreso -también atascada por falta de acuerdo entre los grupos- para evitar, entre otras cosas, que se consoliden grupos parlamentarios "todopoderosos".
El presidente del Senado, Juan Ignacio Barrero, también participó en el curso escurialense y, al margen de su conferencia, en la que defendió el papel de la institución, declaró que la "vieja tesis" de la soberanía compartida que propugnó para Cataluña, dentro del mismo ciclo, Joaquim Molins, el portavoz parlamentario de CiU, "sólo tiene efectos disgregadores, anacrónicos, innecesarios y, por ello, injustificables".
Para Barrero, estos planteamientos suponen "un arriesgado proceso nacionalista que conduce a la fragmentación, al cantonalismo, que puede retrotraernos a la tribu, contrariamente a la tendencia actual, que privilegia las grandes unidades en beneficio de todos, según el reto que Europa, con España a la cabeza, está afrontando con vistas al siglo XXI".
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