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"La calidad literaria no depende de la política", según Kadaré

El escritor participa en El Escorial en un curso sobre la traducción

El eterno candidato al Premio Nobel, el escritor albanés Ismaíl Kadaré (Gjiokastra, Albania, 1934) invirtió ayer todos sus esfuerzos en negar cualquier etiqueta política a su literatura, durante un encuentro con los periodistas en El Escorial (Madrid). La literatura, "es buena o mala", argumentó. "No depende de los regímenes políticos y tampoco se hace más grande en libertad, sino que sigue su propio curso". Kadaré participa en El Escorial en un encuentro sobre la traducción.

Ismaíl Kadaré, que vive en París desde 1990, rechazó también que fuera un exiliado. El autor de El palacio de los sueños se ha quedado desde enero sin editorial en España. Tras desaparecer a principios de este año el sello Anaya-Mario Muchnik, el autor de una treintena de relatos y novelas traducidos a casi 30 idiomas -entre ellos, al español, catalán y euskera- se ha quedado sin editorial. Y sus cuatro últimas novelas, entre ellas, Espíritus, siguen inéditas en español.Ataviado con una chaqueta de príncipe de Gales color vainilla, pantalón gris de franela, camisa azul y corbata del mismo tono, Kadaré intentó ayer en el contexto del curso sobre traducción a deshacerse de las etiquetas que le han ido adjudicando a lo largo de su trayectoria.

"¿Qué es eso de que mi literatura es realismo socialista? Es ridículo", respondió desabrido cuando intentó que desarrollara más esta definición tras dedicársela al escritor. "¡Cómo puede ser una literatura de estas características!", exclamó. "Antes considerábamos que la literatura de la era socialista era estéril y falsa y habría que haber dicho que era fallida y conformista. Pero todo esto son especulaciones sin fin. La literatura es normal o anormal y no puede tener una relación directa con la historia. La literatura es mundial y globalizadora", reivindicó.

Compromiso

La relación del escritor con su país, Albania, el menos extenso de los estados de la Europa balcánica, (con tres millones de habitantes, pocos menos que Madrid) estuvo presente durante toda su intervención. Y explicó su compromiso como escritor mientras ese país vivió la dictadura de Enver Hoxha, "muy parecida a la de Stalin", según Kadaré."Se puede ser comprometido mientras no se denuncia abiertamente el régimen dictatorial. No se puede escribir contra una dictadura, está prohibido por ley. Uno se veía obligado a ser correcto, a no dar ocasión para que lo fusilaran, porque no había una solución intermedia, o seguías viviendo o estabas bajo tierra. Y mi respuesta fue `No puedo escribir cosas prohibidas por el régimen", confesó.

Entre las novelas traducidas al español de Kadaré -Premio Herder de Literatura, académico de las Artes, de Berlín, y miembro de la Legión de Honor francesa, entre otros honores- se encuentra El general del ejército muerto, que fue llevada al cine y protagonizada por los actores Michel Piccoli, gran amigo del autor albanés y Marcelo Mastroianni. "No pensaba si la novela iba a adaptarse al cine bien o mal, sólo me interesaba estar en contacto con los actores del otro lado del mundo. Era una especie de libertad", opinó sobre su única adaptación literaria al cine.

Para el escritor las mejores traducciones de sus obras son las realizadas directamente del albanés no del francés, su lengua adoptada. Kadaré se negó a desvelar acerca de lo que está escribiendo en la actualidad; incluso manifestó que no tenía nada claro qué le interesaba en la actualidad. La mezcla que, según Kadaré debe inspirar a un buen literato son: "una sana influencia de la literatura rusa; de la tragedia de Shakespeare; de lo grotesco de Cervantes y de lo lírico de la antigüedad".

Y tras despreciar a los gobernantes de los países balcánicos -"son odiosos, carezco de piedad hacia todos ellos"- su opinión, a largo plazo, sobre la región balcánica es optimista. "La nueva Europa que se está creando va a imponer sus leyes para que se respeten las reglas de la democracia hasta en esa pequeña península -Balcanes- muy revelde ahora. Aunque es necesario que los países occidentales y Estados Unidos empiecen a ver las cosas tal y como son y no dependiendo de los clichés".

Kadaré tiene previsto intervenir hoy a las 10.00 en El Escorial en el curso sobre la traducción, en una sesión dedicada a la traducción entre la teoría y la práctica. El escritor se encontrará con su traductor, Ramón Sánchez Lizarralde, premio nacional de Traducción, para plantear entre los dos los problemas de comunicación e interpretación.

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