_
_
_
_

Territorio madrileño y delicado

La iglesia y el claustro de San Jerónimo el Real, emplazados en el lugar más visible de Madrid y en uno de los enclaves más visitados de Europa, afrontan fechas decisivas. Media iglesia sufre un agudo proceso de erosión. Su claustro plateresco permanece en ruinas. La ampliación del cercano Museo del Prado puede contribuir a restaurarlos ambos. Pero a costa de segregar una de otro. Se trata pues de un territorio polémico y delicado.El arquitecto autor del Plan Director del Conjunto de San Jerónimo el Real es Francisco Jurado Jiménez, cordobés de 44 años, conservador de la iglesia desde 1985 y profesor de Estructuras en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Considera que su plan, encargado por la Comunidad de Madrid a quien corresponde la tutela monumental de San Jerónimo, "ha sido tergiversado" por el marco señalado para los nuevos planes de ampliación del museo del Prado. Así lo rubrica en una ponencia suya presentada ante un congreso sobre restauración de catedrales góticas, celebrado en mayo en Vitoria. A juicio del arquitecto "siempre será mejor una ampliación que el mantenimiento del claustro en ruinas", como actualmente se encuentra. "Pero", subraya, "en la futura ampliación del Prado no se ha tenido en cuenta el Plan Director de 1993. Se mantienen las indicaciones volumétricas, pero los usos previstos en aquel plan han sido olvidados".

La cesión del claustro y su entorno al Prado consumará la separación de los dos ámbitos, que quedarán segregados, como si de piezas desintegradas se tratase, según establecía Jurado en su ponencia congresual.

Sus quejas, según afirma, las hace desde la base de haber sido uno de los primeros en proponer un plan para destinar un área de Los Jerónimos a fines museísticos. "Pero mi propuesta se refería únicamente a la zona inferior del conjunto, y siempre bajo cota del claustro, no sobre cota, como las especificaciones de ampliación del Prado ahora señalan", dice. El desnivel existente entre la base del museo del Prado y la de San Jerónimo es de unos quince metros. La oferta perseguía además la obtención de elementos de financiación pública para la restauración del templo y del claustro, sobre el que el Plan incluía un cerramiento acristalado.

Vecinos no

A juicio de José Antonio Fernández Ordóñez, presidente del Patronato del Museo, "el Prado no puede tener como vecinos en la planta de arriba a los sacerdotes ni a los sacristanes. Ha de ocupar todo el espacio", señala. "El claustro de Los Jerónimos y, sobre todo, su entorno, son básicos para los servicios como guardarropía, librería, restaurante y salas de exposiciones que el Prado necesita. Igualmente, los talleres de restauración ahora carecen de luz natural y cuando se instalen sobre esa zona, la tendrán en abundancia". Asimismo, destaca: "La ampliación del Prado ha de ser sobre un espacio inmediato y esa condición sólo la cumple el entorno de Los Jerónimos".Entre tanto, la erosión amenaza gravemente los pináculos, cresterías y gárgolas del templo. En la fachada Oeste, la zona más visible de la iglesia que mira hacia el Paseo del Prado, los promontorios sobre el pórtico se hallan o bien decapitados o bien decapitadas, con riesgo incluso para los viandantes.

Una parte importante de la cubierta, que incluye sus dos soberbias torres, fue sin embargo reparada y adecentada en 1993, bajo un proyecto de Francisco Jurado, que culminó con la reposición de las dos torres neogóticas, la restauración tejada de la cubierta, la recuperación de la crestería del ábisde, así como los revestimientos de paramentos, la iluminación interior, el tratamiento de bóvedas y la reparación y limpieza de las capillas laterales.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_