La Generalitat analizará la imagen de Cataluña que la televisión difunde en España
La Presidencia de la Generalitat quiere saber cómo se ve Cataluña desde las salas de estar del resto de España. Ha encargado para ello un estudio sobre la imagen de Cataluña que proyectan las televisiones privadas y públicas. El consejero de Presidencia, Xavier Trias, justificó la necesidad del estudio en el hecho de que en ocasiones se ofrecía "una imagen errónea" y que con un análisis objetivo sería posible tomar las "medidas oportunas" para resolver el problema. Trias precisó que con el estudio no se quería buscar "nuevos conflictos", sino todo lo contrario.
Ayer tocó plegar velas. Tras varias jornadas de tormenta en el vaso de agua lingüístico, tanto Convergència i Unió (CiU) como el Partido Popular (PP), tanto la Generalitat de Cataluña como la Administración central, optaron por darse un descanso y llamar a la concordia. Sólo se escucharon trallazos de francotiradores. El heterodoxo senador Aleix Vidal-Quadras, ex presidente del PP en Cataluña, pidió a José María Aznar que actuara "con firmeza" para atajar la marginación que, según él, sufría el castellano en Cataluña, y afirmó que Jordi Pujol actuaba con una "absoluta carencia de escrúpulos".Dos periódicos hicieron también aportaciones. El Mundo publicó que la Generalitat premiaba a los profesores que impartían en catalán la asignatura de lengua española. Abc informó de una supuesta rebelión de los fabricantes de cava contra el etiquetaje en catalán. Ambas noticias fueron desmentidas.
Pero al consejero Trias le vinieron bien esas informaciones. Le sirvieron para justificar el estudio sobre la imagen de Cataluña proyectada por las televisiones públicas y privadas, incluyendo autonómicas, que costará cuatro millones de pesetas, y para explicar por qué el análisis se limitaba a los medios audiovisuales. "No hace falta ningún estudio para saber qué trato nos dan algunos medios de comunicación", comentó, refiriéndose a los periódicos mencionados.
Desmentidos
La de ayer fue una jornada de desmentidos. El presidente del PP en Cataluña, Alberto Fernández Díaz, se había dejado filmar y fotografiar la víspera con un manual de castellano redactado en catalán. El libro parecía justificar las acusaciones lanzadas el domingo por la ministra de Educación, Esperanza Aguirre, y los titulares de El Mundo. La Generalitat, sin embargo, especificó que el texto en cuestión estaba destinado a la formación de adultos y complementaba un cursillo emitido en catalán por TV3. La delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García Valdecasas, consideró que sólo en una "minoría de casos" podía haberse dado el contrasentido de enseñar castellano en catalán.En cuanto al conflicto de los cavistas con la ley del catalán, parece no haber existido nunca. Gemma Torelló, asesora jurídica del Instituto del Cava, patronal del sector, dijo que nunca se habían planteado recurrir la ley, que los cavistas estaban "acostumbrados a etiquetar en cualquier lengua" y que sería incoherente por su parte negarse a etiquetar en catalán, informa Pere Lobato.
Entre rectificaciones y llamadas a la paz por parte de dirigentes nacionalistas como Xavier Trias, consejero de Presidencia; Pere Esteve, secretario general de Convergència, y Josep Antoni Duran, líder de Unió, quedó enterrado el enésimo rifirrafe lingüístico. La reunión que la semana próxima mantendrán en Barcelona delegaciones al más alto nivel de CiU, PNV y Bloque Nacional Galego, para perfilar un modelo común de Estado plurinacional, puede dar ocasión a nuevos fogonazos.
Cita pendiente
Pero, tras el ruido de estos días, queda el hecho de que Jordi Pujol y José María Aznar no se han visto aún. Según la información de que dispone el Gobierno catalán, tienen que llamarse la semana que viene para concertar una fecha en la segunda quincena de este mes o ya en septiembre. Dado que la conversación deberá girar en torno a los presupuestos para 1999, y que el proyecto de ley presupuestaria deberá estar listo a finales de septiembre, los dos dirigentes aliados se conceden muy poco tiempo para resolver posibles discrepancias.Los presupuestos del Estado se anuncian restrictivos, pero la Generalitat necesita una cierta generosidad en la valoración de traspasos y servicios propios para empezar a reducir el endeudamiento marginal (TV3 es un ejemplo) heredado del maquillaje que todas las administraciones aplicaron a sus cuentas para cumplir formalmente con los criterios de Maastricht.
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