Molins: "El que calla otorga"

El portavoz de CiU en el Congreso, Joaquim Molins, intervino ayer en la polémica sobre la enseñanza del castellano en Cataluña y arremetió contra el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Rodríguez, para, de paso, enviarle un recado al presidente del Gobierno, José María Aznar. Según dijo, el silencio del presidente ante las declaraciones de Rodríguez criticando a Pujol pueden entenderse como que "el que calla otorga". Molins no recuerda "una sola intervención" de Rodríguez "en la que haya intentado acercar posiciones y no abrir abismos". Por eso, dijo, refiriéndose a Aznar "uno corre el riesgo de que cuando mantiene como portavoz a una persona que actúa de esa manera, al final la gente piense que no es casual y que quien quiere la bronca es el Gobierno de quien aquél es portavoz".Trató de salvar a la ministra de Educación, Esperanza Aguirre, al afirmar que ha matizado sus afirmaciones y que ha reconocido que existe una norma de la Generalitat que obliga a enseñar el castellano, utilizando esa misma lengua como instrumento. Matización, añadió, que debe interpretarse como muestra de "buena voluntad", aunque "dentro del desconocimiento que ya empieza a ser culpable después de dos años de ejercer de ministra".

Molins aseguró que hay ministros que "faltan a la verdad cuando hablan de Cataluña", y que la ministra Aguirre, pese a su intento de aclarar la situación, "sigue manteniendo algo que no es cierto. Afirma que el castellano se enseña utilizando como lengua vehicular el catalán y eso no es así, como se recoge en las instrucciones del departamento de Enseñanza" de la Generalitat. El portavoz de CiU admitió que en algún caso ha podido ocurrir lo contrario y señaló que eso se corregirá.

Para Molins, la convivencia de dos lenguas en un mismo territorio "siempre es conflictiva", por lo que abordar este asunto sin extremar la prudencia es "acercar gasolina a unos ciertos rescoldos que siempre existen".

Molins no entró siquiera a considerar la posibilidad de romper con el Gobierno, aunque admitió que esta polémica "no ayuda" al acuerdo político.

"La colaboración leal" entre el Gobierno central y el autonómico, en opinión de Molins, debe llevar "a no crear problemas donde no existen" y "desde Madrid se suele describir una realidad que no existe". Que ello no ocurra, dijo Molins, "es exigible a cualquier Gobierno, no sólo a éste porque lo sea con nuestros votos".