Valencia ante el cambio climático

En el Grupo Municipal de Esquerra Unida-Els Verds consideramos que el cambio climático generado por los gases con efecto invernadero, de origen antrópico, constituye el problema más grave que se cierne sobre Gaia. Estudios confirmados recientemente indican que un incremento de la temperatura media del planeta superior a los 3º C provocaría una catástrofe de consecuencias imprevisibles que afectaría, prioritariamente, a las regiones limítrofes con los mares y océanos. Los mismos trabajos indican que para lograr que la temperatura global no exceda de un aumento de 4,5º C en los próximos 20 años habría que adoptar, entre otras, las siguientes medidas: dejar de producir clorofluorocarbonados y todos los productos químicos afines de pletores de la capa de ozono, evitando sustitutos que sean gases con efecto invernadero; cesar la deforestación y reforestar la extensión de bosque necesaria para absorber 1.650 millones de toneladas métricas de anhídrido carbónico, antes del año 2000; reducir las emisiones de anhídrido carbónico procedentes de la quema de combustibles fósiles al 30% del valor actual, antes del año 2020; reducir los incrementos de las concentraciones de metano y óxido nitroso al 25% del valor actual antes del año 2020. Es evidente que la ciudad de Valencia no podía asumir la responsabilidad global de este fenómeno, pero que sí debía contribuir a la prevención del mismo, en la medida en que es consumidora de energía procedente de la quema de combustibles fósiles, por lo que hemos propuesto diversas estrategias tendentes a mejorar la gestión energética de nuestra ciudad y que, en general, han sido bien acogidas por el conjunto de grupos municipales. Dado que la alcaldesa es la presidenta de la Federación de Municipios y Provincias le propusimos la realización de un Foro de Grandes Ciudades que posibilitara encontrar soluciones al problema del cambio climático. Así como que se ampliara la ratio de zona verde por habitante, por lo menos hasta alcanzar las recomendaciones de la OMS. Recordando que el 25 de abril, por consenso de todos los grupos políticos, en sesión plenaria, se acordó ratificar la Carta por unas ciudades y pueblos sostenibles con lo que se adquirió el compromiso de desarrollar planes locales de sostenibilidad, propusimos que se encargara al Instituto de Diversificación y Ahorro Energético la realización de un estudio del consumo de energía final en la ciudad de Valencia, pormenorizando: el total, por tipo de energía, por tipo de aplicación, por zona territorial, por época del año y por hora. Que se indicara en dicho estudio el consumo de energía primaria y que se tuviera en cuenta, además del consumo de energía directa, la contenida en los bienes y servicios que importa la ciudad, bien por haber sido empleada en su transporte o en su fabricación. Como el transporte es, sin duda alguna, el mayor responsable de las emisiones de CO2, propusimos que se construyeran aparcamientos disuasorios, en las entradas de la ciudad, en las inmediaciones de la ronda exterior, cerca de las paradas de metro, tranvía o autobús, ofreciendo la posibilidad al visitante de dejar el vehículo privado aparcado y servirse del transporte público, para desplazarse por el interior de la ciudad; que se prohibiera el tránsito de vehículos particulares por el interior del centro histórico, salvo para residentes, urgencias y, en horario restringido, para abastecimiento de comercios; que la ronda interior formada por las calles de Guillem de Castro, Pechina, Blanquerías, Conde Trénor, Pintor López, plaza del Temple, plaza de Tetuán, General Tovar, Colón y Játiva se adecuaran para hacer posible la peatonalización del centro histórico; que, en los barrios situados entre la primera y la segunda ronda, se habilitaron aparcamientos, con el fin de ganar espacio en las calles que conectan de forma radial ambas rondas y poder ampliar las aceras y plantar arbolado en las mismas. Haciéndonos eco de las declaraciones de Norman Foster, en el Congreso de Arquitectura celebrado en el recién inaugurado Palacio de Congresos, referentes a la necesidad de utilizar diseños arquitectónicos y materiales que posibiliten el ahorro de energía en iluminación y climatización; y resaltando el hecho de que estas declaraciones coincidan en el tiempo con la muerte de siete ancianos a causa de una ola de calor, hemos propuesto una serie de medidas tendentes a la bioclimatización de las viviendas de la ciudad, fundamentalmente las de nueva construcción, las que han de ser restauradas y las que están habitadas por familias con escasos recursos económicos. Para tal fin sugerimos que se realice un concurso de proyectos arquitectónicos en el que se expongan las ideas más innovadoras sobre bioarquitectura, recuperando para Valencia aquella genialidad árabe que refrescaba la ciudad con callejones, plazas, fuentes, vegetación y las corrientes de aire fresco extraídas del subsuelo; mezclando estas tradiciones centenarias con las tecnologías más avanzadas, como son las superventanas selectoras de longitudes de onda. Es conveniente que los ecologistas presionen al equipo de gobierno municipal para que las ideas expuestas, algunas aprobadas, se lleven finalmente a efecto, como la contribución de Valencia a paliar los efectos del cambio climático; y que todos los ciudadanos se interesen en colaborar en la gestión de la ciudad.

Francisco Díez y Rafael García son, respectivamente, concejal de Esquerra Unida-Els Verds en el Ayuntamiento de Valencia y portavoz de Els Verds.