_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Berlusconi, condenado

NO SUELE ser habitual que el jefe de la oposición sea condenado a prisión por corrupción. Pero para el italiano Silvio Berlusconi, magnate de los medios de comunicación que domina el paisaje televisivo italiano, presidente de Forza Italia y cabeza de la coalición Polo de la Libertad, no es la primera condena por delitos relacionados con sus negocios; previsiblemente, tampoco será la última, pues tiene otros cinco casos abiertos ante los tribunales. Ayer no parecía demasiado preocupado, mientras se defendía acusando a la judicatura de haber celebrado un "juicio político" contra él y, naturalmente, contra la democracia.Apelará contra la última condena y, entre unas cosas y otras, pueden pasar 10 años antes de que la sentencia se revise o cobre carácter firme. Tiempo suficiente para que un magnate metido a político siga intentando manipular en su interés la situación política italiana, con la esperanza de reconquistar el poder cuanto antes. Berlusconi, ex primer ministro, ya fue condenado en diciembre pasado por falsedad en escritura pública al constituir una caja negra en sus empresas. Pero se libró de la condena de 16 meses de cárcel al amparo de una disposición que evitaba ir a prisión a los condenados a menos de dos años, para evitar la masificación carcelaria. Un tribunal de Milán le condenó ayer a dos años y nueve meses de cárcel por corrupción de agentes fiscales -más de treinta millones de pesetas en sobornos a miembros de la Brigada Financiera, según la sentencia- para evitar que fueran inspeccionadas algunas sociedades de su grupo Fininvest. En la condena, aunque con penas más reducidas, le acompañan tres ejecutivos de su grupo, pero no su hermano Paolo, que había sido acusado junto a él. Berlusconi está acusado de mezclarse en diversos escándalos como la financiación ilegal del entonces Partido Socialista de Bettino Craxi. En tales condiciones judiciales, no parece muy oportuno el apoyo personal que el presidente del Gobierno español, José María Aznar, ha venido prestando a Berlusconi para su incorporación al Partido Popular Europeo (PPE). El magnate mezcla negocios y política en una combinación en la que surgen múltiples conflictos de intereses nunca resueltos. Hoy Berlusconi siembra dudas sobre el futuro de la política italiana. Porque, pese a estas condenas, Berlusconi sigue teniendo fuerza.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_