La fiscalía investiga la desaparición de 30.000 millones de pesetas en Huarte
Los antiguos administradores de la empresa constructora Huarte pudieron "apropiarse o distraer" al menos 30.000 millones de pesetas de los 90.000 millones de pasivo que registró la sociedad al declarar suspensión de pagos, según señala la memoria de la Fiscalía Especial para la Represión de los Delitos Económicos Relacionados con la Corrupción. En este procedimiento, que parte de una querella presentada en 1996, hay, hasta el momento, 25 inculpados, en su mayoría pertenecientes a la anterior cúpula directiva que presidía Mario Caprile.
La investigación partió de una querella presentada en 1996 por varios acreedores que representan una pequeña parte de la deuda. El resto de acreedores aceptó el convenio previo al levantamiento de la suspensión de pagos. La querella fue presentada contra todos los miembros de los consejos de administración de Huarte y de Hasa, cinco de los cuales son italianos, por estafa, alzamiento de bienes e insolvencia punibles.A estos últimos no se les ha tomado declaración porque hasta el momento no han sido localizados en Italia. Según los querellantes, los ex gestores de Huarte dejaron 29.620 millones de pesetas en créditos irrecuperables contraídos con empresas del grupo y con su propia matriz. Los inculpados aseguran que nadie "se ha llevado una sola peseta de Huarte". Uno de los antiguos responsables de la empresa declinó dar su versión.
Prueba pericial
La prueba pericial sobre la gestión de Huarte durante el periodo comprendido entre 1990 y 1995 ha conducido a los investigadores de la Agencia Tributaria hasta lejanos y exóticos países. La memoria de Carlos Jiménez Villarejo asegura que la mayor parte de las conductas supuestamente delictivas de los anteriores gestores se culminaron fuera de España y en especial en Italia, México, así como en paraísos fiscales centroamericanos y del Caribe. Esto ha obligado a tramitar comisiones rogatorias (ayuda judicial) a varios países.Una de estas operaciones consistió en la adquisición a Hasa, por parte de su filial Huarte, de la sociedad Pricia, domiciliada en las Antillas Holandesas. Los peritos han determinado que fue "claramente lesiva" para la compañía. El precio pagado por Huarte fue de 3.750 millones de pesetas y el pago se realizó mediante la cancelación de derechos de cobro frente a Hasa por idéntico importe.
Tras múltiples operaciones en las que participaron otras sociedades domiciliadas en diversos paraísos fiscales, Huarte acabó perdiendo 19,7 millones de dólares (unos 3.000 millones de pesetas). Ésta y otras operaciones están siendo investigadas por el juez Manuel García Castellón, de la Audiencia Nacional, ante el que han declarado varias personas durante los últimos seis meses. Alejandro Luzón, uno de los fiscales que trabajan a las órdenes de Jiménez Villarejo, representa al ministerio público.
"En estas diligencias se está practicando una prueba pericial exhaustiva para determinar, junto con la abundante documentación incautada en los registros de diversas sociedades y las declaraciones de imputados y testigos, si la insolvencia derivaba únicamente de la mala gestión o del resultado adverso de la actividad comercial, o bien vino provocada por la actuación delictiva de los administradores", dice la memoria de la Fiscalía Anticorrupción.
A continuación de este párrafo, la memoria recuerda que varios de los imputados en esta causa fueron procesados por cohecho en el sumario instruido contra Luis Roldán Ibáñez, ex director general de la Guardia Civil, que ha sido condenado a 28 años de prisión. Entre ellos destaca Mario Caprile, así como el ex consejero delegado y el ex director de explotación.
La imputación contra los tres se levantó al haber prescrito el delito. Huarte y Hasa pagaron centenares de millones de pesetas en comisiones ilegales a Roldán, a Gabriel Urralburu, ex presidente del Gobierno de Navarra y a Antonio Aragón, ex consejero de Obras Públicas de esa Comunidad.
La memoria de la Fiscalía Anticorrupción destaca la especial complejidad de este proceso por la propia mecánica comercial de la constructora navarra, que "en determinados aspectos era extremadamente opaca".
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