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La única testigo afirma que el doble crimen del hotel Reyes Católicos empezó como un atraco

Jan Martínez Ahrens

El doble crimen de la calle del Ángel (Centro) cuenta con un testigo de excepción: Margarita V., de 49 años. Esta mujer, acuchillada en el cuello la noche en que mataron en el hotel Reyes Católicos a su acompañante, Juan Ignacio Arranz, de 37 años, y al recepcionista Rubén Darío Vallina Gamero, de 20, ha revelado, siempre según fuentes cercanas al caso, que el doble asesinato fue cometido por al menos un atracador, quien irrumpió con un arma de fuego en el establecimiento. La mujer, según esta versión, escapó gracias a que los asesinos la dieron por muerta.

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El filo de la incógnita

El testimonio de Margarita se ha convertido en una de las claves del caso. Sus declaraciones, aunque precarias, han despejado algunas dudas de los investigadores. La mujer, que trabaja en el sector de la hostelería, conocía a Juan Ignacio, camarero del restaurante El Cosaco, en la plaza de la Paja. Este local está ubicado en la misma zona en que Margarita desarrolla su actividad laboral. Ambos compartían además una experiencia común: Margarita estaba divorciada y Juan Ignacio, separado.La noche del crimen, la pareja se dirigió al hotel Reyes Católicos. Entraron sobre las 5.15. En la recepción se encontraba Rubén Darío. El joven, que había llegado a Madrid hace 10 meses para triunfar como modelo, sustituía aquella noche a un compañero de vacaciones.

A la pareja no le dio tiempo a inscribirse en el hotel. Nada más entrar, irrumpió en el vestíbulo un hombre armado. "¡Esto es un atraco!", gritó.

La reconstrucción de lo que ocurrió a continuación se torna borrosa. Juan Ignacio y Rubén fueron conducidos a un despacho interior de la recepción y luego a una escalera donde fueron maniatados por la espalda y amordazados con trapos y cinta adhesiva. No ofrecieron resistencia, según las citadas fuentes. Margarita, entretanto, fue degollada. Los investigadores consideran que para la ejecución de esta infernal secuencia, sobre la que aún pesan algunos interrogantes, se requiere la participación de dos personas. Esta hipótesis vendría avalada por el empleo de un cuchillo, arma que, según el relato de la testigo, no esgrimía el hombre que entró en la recepción.

Acto seguido, Rubén fue degollado. Posteriormente, ambos fueron asesinados a tiros. A la mujer, según esta versión, no la dispararon al creer que ya estaba muerta.

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La mujer, con todo, recobró las fuerzas y, según su relato, tuvo la energía suficiente como para levantarse y pedir auxilio. Marcó un teléfono de urgencias y, al no recibir contestación, salió a la calle en busca de ayuda. La encontró en un taxi. Pidió que la llevasen a un médico.

El conductor la quiso trasladar a un ambulatorio, pero la mujer se negó y pidió que, por la gravedad de sus heridas, la condujesen hasta el hospital. Al llegar a la puerta de urgencias, aún llevaba cinta adhesiva: la había utilizado para taponarse la herida.

"Caso anómalo"

Pese a esta primera reconstrucción, la extrema crueldad de este doble crimen mantiene las incógnitas abiertas. Su desmesura no casa con el supuesto móvil de la acción: el robo. Como tampoco encaja con esta posibilidad el que los supuestos ladrones no se llevasen ni una peseta del local. "Es un caso anómalo, no han robado nada, la violencia que han ejercido sobre estas personas es inusual, innecesaria", afirmó el delegado del Gobierno, Pedro Núñez Morgades. Estas incógnitas llevan a la policía a mantener todas las hipótesis abiertas, incluida la pasional, aunque, tras la declaración de la testigo, ha cobrado fuerza la de un atraco salvaje. Así, en la madrugada de ayer, dos supuestos ladrones fueron detenidos como sospechosos del doble asesinato. La investigación, sin embargo, demostró que no habían participado en el homicidio.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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