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Bruselas no prohíbe los juguetes de PVC pero admite su peligro

No existe método científico para evaluar los riesgos

La Comisión Europea no prohibirá la comercialización de los juguetes y objetos de puericultura para menores de tres años fabricados con PVC blando, a pesar de admitir que éstos pueden acarrear "efectos nefastos para la salud". La ausencia de un método científico que haya sido aceptado por todos los Estados miembros impide evaluar la peligrosidad de los diferentes productos, considera la Comisión.

Sin ese método común, admite Bruselas, toda prohibición de ámbito comunitario podría ser contestada ante un tribunal.Cuando el niño chupa y muerde los juguetes de PVC blando, la saliva libera los llamados eftalatos -una sustancia tóxica que se utiliza porque ablanda el plástico e intensifica sus colores- y existe el riesgo de que éstos se trasladen al organismo del bebé. La duda se encuentra en el "nivel de migración" (de transferencia) de cada sustancia. Es decir, cuánto tiempo debe permanecer un producto en la boca para que la cantidad de eftalatos liberada se considere peligrosa.

La comisaria europea responsable de la política de Consumidores, Emma Bonino, tuvo que conformarse ayer con ver aprobada una recomendación a los Estados miembros, después de que el Colegio de Comisarios rechazara el pasado mes de junio su propuesta de prohibir y retirar estos juguetes del mercado.

La recomendación se limita a pedir a los Estados que tomen medidas encaminadas a "asegurar un alto nivel de protección de los niños", y alerta sobre los efectos nocivos de seis sustancias. En concreto, los productos de mayor riesgo son los juguetes que contienen los eftalatos DINP y DEHP en una proporción superior al 30% del peso del artículo y que los bebés pueden introducir en su boca.

Frente a la moderación de Bruselas, algunos Gobiernos han adoptado medidas más drásticas. España y Dinamarca prohibieron la comercialización de ciertos juguetes con eftalatos. Las autoridades españolas retiraron del mercado unos mordedores para bebés (en forma de frutas refrescantes) de fabricación británica el pasado 10 de febrero. Estos dos países exigieron medidas comunes a los Quince para evitar la importación de juguetes que contengan este tipo de productos tóxicos. También Austria ha elaborado un proyecto similar.

La Comisión espera endurecer su posición el próximo otoño, cuando concluya la investigación de un laboratorio holandés. Su informe podría ser la base para una directiva contra estas sustancias de los juguetes.

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