Economía cree que España no va a resultar afectada por la crisis asiática

Italia fue, el lunes pasado, la primera. Después le tocó el turno a Francia y a Alemania. Tres grandes países europeos han reconocido, de una forma o de otra, que sus economías empiezan a resultar afectadas por la crisis asiática. Las autoridades españolas están convencidas de que, por ahora, España no tiene nada que temer. El crecimiento se mantendrá al ritmo previsto.El Istat, en instituto estadístico italiano, señaló el lunes que el crecimiento se ha reducido un 0,1% en el primer trimestre y se sitúa en un 2,5% anual. Al día siguiente, el primer ministro francés, Lionel Jospin, admitió que la recesión asiática se nota "ya fuertemente" en la economía francesa, sobre todo en su comercio exterior. Mantuvo, sin embargo, la previsión de un crecimiento este año del 3%.

Por último, uno de los principales institutos de investigación económica en Alemania, el Ifo, señaló en Múnich que el marasmo asiático supondrá un recorte del crecimiento del 0,5% para Estados Unidos y del 0,25% para Europa, sobre todo para Alemania.

Como los demás analistas, el Ifo achaca el hecho a la disminución de las exportaciones a Extremo Oriente, y especialmente a su principal potencia económica, Japón. En mayo se batió un nuevo récord al aumentar el superávit comercial japonés con la Unión Europea un 94% con relación al mismo mes del año pasado. Las importaciones japonesas de Europa cayeron casi un 14%, mientras que la devaluación del yen hacía subir sus exportaciones un 20,6%. España está, por ahora, a salvo de ese pequeño recorte del crecimiento que están experimentando sus socios. La primera razón que esgrime José María Hernando, subdirector de estudios en la Secretaría de Estado de Comercio, es el escaso peso en el comercio español de los intercambios con Extremo Oriente. "Nuestra cuota de mercado en esos países", comenta, "oscila entre el 0,4% y el 0,5%, lo que supone la cuarta parte de algunos de nuestros grandes vecinos europeos".

Aun así, las exportaciones españolas a Japón y a los ocho nuevos países industrializados de Asia, entre los que no figura China, cayeron en el primer trimestre del año un 21%, mientras que las importaciones se dispararon un 40% con relación al mismo periodo del año anterior.

Luis de Guindos, director general de Política Económica, alega otras razones para que España no vaya a padecer la "contracción" que afecta a sus vecinos. "Aunque el sector exterior tiene un buen comportamiento -las exportaciones aumentaron un 14,1% hasta marzo-, en España es la demanda interna la que tira del crecimiento, gracias, en buena medida, a la inversión", afirma. La inversión en bienes de equipo se incrementó un 14,9% en el primer trimestre.

"El dinamismo económico español", prosigue De Guindos, "se debe también a la caída de los tipos de interés, de la que las economías alemana o francesa hace ya tiempo que se aprovecharon y no le pueden sacar mucho más partido. Creo que se puede mantener la previsión de crecimiento del 3,7%, aunque acaso el factor interno será algo más importante de lo estimado inicialmente".