Israel y la guerrilla integrista de Líbano canjean muertos y presos

Los restos del cuerpo descuartizado del sargento mayor Itamar Iliya, de 21 años de edad, reposan ya en Israel. Los trozos de su cadáver, que se los repartían como botín de guerra la milicia integrista libanesa del Hezbolá y la de Amal, han sido devueltos a sus familiares. Las autoridades de Israel han entregado a cambio de este muerto los restos de 40 militantes fundamentalistas abatidos y liberaron ayer a 60 prisioneros libaneses que se encontraban en diferentes cárceles del país.

Este canje, uno de los más importantes y difíciles que se ha llevado a cabo entre Líbano e Israel en los últimos años, ha sido posible gracias a la mediación del presidente francés, Jacques Chirac, que en su visita oficial a Beirut en mayo pasado planteó una petición del presidente de Israel, Ezer Weizman, en tal sentido.El jefe del Gobierno libanés, Rafik Hariri, y representantes de las milicias integristas recibieron en el aeropuerto de Beirut los cadáveres de estas cuatro decenas de guerrilleros, entre los que se encontraba el cuerpo de Hadi Nasrallá, de 18 años de edad, hijo del secretario general de Hezbolá, muerto el pasado septiembre en un enfrentamiento con los israelíes en el sur de Líbano.

La operación de canje, que se había iniciado el jueves por la noche, finalizó ayer con la liberación por parte de Israel de los 60 prisioneros libaneses, entre los que está Husein Mekada, un militante de Hezbolá que fue detenido hace dos años cuando trataba de poner una bomba en Jerusalén.

Aprovechando esta operación de canje, las autoridades libanesas han devuelto también a Israel, al margen del pacto, los cuerpos de dos suboficiales israelíes, de 18 y 21 años, que murieron el pasado jueves en la zona del conflicto.