_
_
_
_

Duane Michals explica que los materiales de sus fotografías son los procesos de su mente

El fotógrafo norteamericano habla en Madrid sobre su exposición en el Museo Reina Sofía

Elsa Fernández-Santos

"Nunca busco algo que fotografiar. Jamás llevo una cámara encima, mi cámara está en mi cabeza". Duane Michals (Pensilvania, 1932) explicó ayer en Madrid su idea de la fotografía, una forma de entender la imagen que intenta alejarse de la mera descripción de la realidad. Michals ilustró con sus palabras ("Me gusta mucho hablar, soy un parlanchín") la retrospectiva que desde mayo le dedica el Museo Nacional Reina Sofía y a cuya inauguración no pudo asistir. "Los materiales de mi fotografía son los procesos de mi conciencia", afirma. "Las únicas imágenes que me interesan son invisibles".

Más información
Las imágenes de cada día, en las "fruiciones" de Tillmans

La exposición de Duane Michals es un viaje por su evolución, desde sus primeras imágenes -el resultado de un viaje a Rusia con 26 años- a sus obsesiones de la madurez: la muerte, la relación padres-hijos, la identidad sexual (el fotógrafo evoca su homosexualidad en muchos de sus trabajos) y el erotismo. La muestra se divide en 24 retratos, ocho autorretratos, 18 fototextos y 15 secuencias (con 95 fotografías de pequeño formato). "Yo imagino cómo es mi imaginación para poder expresarla", dice Michals sobre sus creaciones, en las que cuenta historias de hombres con alas, niños secuestrados por fantasmas, sombras, muertos y ancianos que desaparecen."Yo no salgo a la calle a fotografiar la vida, no soy un reportero o un espectador. Las fotografías que imagino son para mí algo más que incidentes casuales de los que podría ser testigo. Los procesos de mi conciencia son el material de mis fotografias. Los fotógrafos miran demasiado al exterior y no se cuestionan el mecanismo de su propia experiencia. Todo está basado en el hecho de mirar algo y no en el hecho de reflexionar sobre algo. Yo invierto los términos para no estar en manos del azar." Y el fotógrafo contínúa. "No me interesa el aspecto visual de las cosas. Si veo el retrato de una mujer no quiero ver su aspecto sino si es o no mala persona, si tiene hijos o si es buena en la cama. Eso es lo que quiero ver. Cuando fotografié a mi padre lo que quise es que vieran a un hombre que bebía y fumaba mucho, a un hombre que jamás acarició ni a sus hijos ni a su mujer".

Michals, que se considera un "eterno principiante", elige para sus secuencias o historias un formato muy pequeño: "Me gusta la gente pequeña, las cosas pequeñas. La gente asocia el gran formato con el arte. Por ejemplo, Cindy Sherman hace fotografías de gran formato y todo el mundo dice que es arte. Bueno, pues yo digo que si esas imágenes se revelaran en 8x10 ya nadie hablaría de arte sino de simples fotografías. El formato pequeño es más difícil, más íntimo y apasionado".

Fallidas

Para Michals no hay nada más fácil que fotografiar lo exótico y nada más difícil que fotografiar "la realidad" de sus padres. "Por supuesto que en ningún momento digo que lo haya conseguido, sólo digo que es lo que he buscado. Parto de la base de que mis fotografias son, por naturaleza, fallidas ya que nunca se podrá ver el verdadero dolor que ahí en ellas. Aunque en la propia naturaleza de la fotografía esta sólo describir, yo defiendo que en la propia naturaleza del fotógrafo debe estar ir más lejos de esa descripción"."Quizá en el fondo sólo se trata de ser auténtico o no: Marilyn es auténtica, Madonna no. Avedon es auténtico, pero en un mal sentido. Irving Penn es auténtico y en el buen sentido. Cindy Sherman no es auténtica y Sally Man sí".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_