La cooperación internacional disminuye hasta su nivel más bajo, según la OCDE
El empeño de los "ricos" por reducir su déficit presupuestario perjudica a la ayuda
1997 ha sido una mala cosecha para los países en desarrollo y no sólo en Extremo Oriente, donde la crisis ha golpeado de lleno. Los ajustes presupuestarios en el mayoría de los Estados industrializados, empezando por los de la Unión Europea empeñados en cumplir los criterios del Tratado de Maastricht, han conllevado una reducción de la ayuda pública al desarrollo que ha caído al nivel más bajo de su historia. Para colmo, la inestabilidad económica en Asia ha provocado una reducción de los flujos de capital privado hacia el Tercer Mundo, según reza un informe elaborado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, que agrupa a los países indistrializados.
En 1997 los Estados en desarrollo o en transición, es decir los países del Tercer Mundo y del Este de Europa, recibieron 272.000 millones de dólares (1 dólar = 152 pesetas) de ayuda pública e inversiones privadas, 96.000 millones menos (26%) que el año anterior.La ayuda pública al desarrollo, es decir la que procede de los presupuestos públicos y que generalmente no es reembolsable, fue de 47.600 millones de dólares, un 14,2% menos que el año anterior. Si se hace abstracción de las oscilaciones cambiarias la disminución es del 7,1%.
El conjunto de los 21 países industrializados que son miembros de la OCDE dedicó en 1997 únicamente el 0,22% de su Producto Nacional Bruto (PNB) a ese objetivo. Cinco años antes, en 1992, ese esfuerzo había logrado su apogeo (0,33%).
Este porcentaje del 0,22% "es el más bajo jamás alcanzado", señala el informe de la OCDE. En 1997 "no se ha producido ningún cambio de la preocupante tendencia a reducir las contribuciones en concepto de ayuda observada estos últimos años, sobre todo por parte de los países grandes (...)".
Sólo cuatro pequeños países -Dinamarca, Noruega, Suecia y los Países Bajos- cumplen la petición de Naciones Unidas de consagrar al menos el 0,7% del PNB a la ayuda a los que están en vías de desarrollo. Las grandes potencias económicas son, en cambio, las que más recortaron su esfuerzo, empezando por EE UU que lo redujo del 0,12% al 0,08% del PNB. Ningún otro país industrializado puso tan poco ardor en la cooperación.
Los principales miembros de la Unión Europea tienden también a ser menos generosos. Francia ha rebajado su porcentaje del 0,48% al 0,45%; Alemania del 0,33% al 0,28%, el Reino Unido del 0,27% al 0,26% y, sobre todo, Italia, del 0,20% al 0,11%. En términos reales Italia disminuyó su ayuda en 1997 en un 45%.
La excepción española
En Europa, España es, junto con Portugal, Austria, Finlandia e Irlanda, una excepción. Dedicó en 1997 un 0,23% del PNB (179.689 millones de pesetas) a la ayuda al desarrollo. Aumentó pues su esfuerzo en un 0,01% del PNB o, en términos reales, en casi un 11% con relación al año anterior.El Secretario de Estado de Cooperación, Fernando Villalonga, explicó orgulloso a mediados de mes en el Congreso de los Diputados que, por primera vez, el esfuerzo español era superior a la media de los países de la OCDE que práctican la ayuda al desarrollo que supuso en 1997 el 0,22% del PNB. La media de la UE fue, sin embargo, del 0,33%. El objetivo de Villalonga es que España llegue al 0,26% al final de la legislatura.
El portavoz socialista para temas de cooperación, Francisco Fuentes, le replicó que en el último año en que gobernó, el PSOE logró dedicar a la cooperación el 0,24% del PNB pero que años antes, cuando España atravesaba una época de bonanza económica, llegó a suponer el 0,28%.
La OCDE achaca la acentuación de la caída de la ayuda al empeño de los países ricos por reducir sus déficits presupuestarios. La cooperación "ha soportado una parte desproporcionada del recorte del gasto público", un requisito indispensable para poder acceder a la moneda única.
A pesar de la mala racha económica que padece, Japón no sólo sigue siendo el primer donante del mundo sino que incrementó su esfuerzo en 1997 hasta llegar al 0,22% del PNB para ponerse al día en sus pagos con varias organizaciones multilaterales. Con los 9.358 millones de dólares que dedicó a la cooperación, Japón desembolsa él sólo el 19,7% de toda la ayuda mundial pública al desarrollo. Francia figura ahora en segundo lugar porque EE UU ha retrocedido al tercer puesto.
La OCDE hace un diagnóstico crítico del declive de la cooperación. Este fenómeno, comenta, ha llegado a tales extremos que "perjudica a la mejora general de las situaciones económicas y presupuestarias" de los países que tradicionalmente proporcionan la ayuda al desarrollo sino que también contradice los objetivos políticos explícitos que estos Estados han asumido".
Recuerda a renglón seguido la resolución aprobada en mayo en la cumbre de Birmingham por los líderes de las ocho potencias más industrializadas. En el comunicado final se comprometían a "movilizar los recursos necesarios para el desarrollo" con el propoósito de reducir la pobreza, mejorar la educación etcétera.
La ayuda pública a los países en transición, fundamentalmente de la Europa del Este y Central, también ha disminuido en 1997, según prevé la OCDE que no dispone aún de cifras definitivas. Ya registró una caída en 1996 -fue tan sólo de 5.600 millones de dólares- después de haber alcanzado un record de 9.000 millones en 1995.
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