El Gobierno holandés cierra la controvertida clínica que permitía elegir el sexo de los hijos

Tendrá que cerrar sus puertas la clínica privada holandesa de inseminación artificial que permite teóricamente decidir si se concibe un hijo o una hija. Y deberá hacerlo el 1 de octubre. La ministra de Salud, Els Borst, ha prohibido expresamente la selección del sexo si no existen razones médicas que lo justifiquen.La apertura de la clínica en octubre de 1995 había levantado ya mucha polémica no sólo por cuestiones ético-jurídicas sino porque existían dudas de que el tratamiento surtiera los efectos deseados. La técnica por separación del esperma sólo podía asegurar el 80% de éxito en el caso de los varones, y un poco menos para las mujeres, según su director Bert van Deelen. Un porcentaje que según las investigaciones del Ministerio de Salud, es mucho más bajo.

Para evitar problemas, la clínica había establecido como requisito la firma de un documento por el que los futuros padres asumían la posibilidad de fracaso en el resultado. "Nosotros advertimos de que es muy posible que no se logre de una vez, lo normal es que haya que repetir el tratamiento en tres o cuatro ocasiones", dijo a EL PAÍS Van Deelen hace unas semanas. Cuando la mujer cuenta con más de 40 años, el tratamiento podía tener que repetirse hasta siete veces.

Las parejas debían suscribir además una declaración en la que se comprometían a no abortar si el embrión no resultaba del sexo deseado.

Sin embargo, la clínica no ha realizado control ni seguimiento alguno del compromiso adquirido. Van Deelen, que cobraba por cada tratamiento cerca de 150.000 pesetas, no ha podido dar datos sobre los éxitos obtenidos.

Aunque asegura que en estos años han nacido más de una veintena de niños con el sexo deseado por sus padres, no ha podido concretar qué porcentaje significaba sobre el número de embarazos. El responsable del centro está pensando en abrir sus puertas en otro país donde no le pongan impedimentos legales.