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Reportaje:

Protección por tamaños

La denominación puede sonar complicada pero su definición es sencilla: los biotopos protegidos son parques naturales reducidos. Desde que en 1995 el Gobierno vasco realizó la primera declaración con el macizo de Itxina -ubicado en el parque de Gorbea-, otros tres parajes le han seguido los pasos: el río Leizaran (Guipúzcoa) y las lagunas de Laguardia (Álava), en septiembre de 1995, y el área de Inurritza, en el municipio de Zarautz, en febrero de 1997. La lista está a punto de ampliarse con la zona de San Juan de Gaztelugatxe, situada entre el cabo de Matxitxako y el municipio de Bakio. El Consejo Asesor de la Naturaleza del País Vasco (Naturzaintza) ha dado su visto bueno a la declaración como biotopo protegido y sólo resta la aprobación por el Gobierno vasco. En esta ocasión, este trámite puede resultar más problemático por la oposición del Departamento de Medio Ambiente, que votó en contra en la última reunión de Naturzaintza al defender la ampliación del área con el fin de que conecte con la reserva de la biosfera de Urdaibai. De esta forma, Medio Ambiente participaría en la gestión, que el plan actual reserva a la Diputación vizcaína. "Los biotopos son una figura que pemite la protección de zonas más reducidas que lo que son los parques naturales, porque no se trata de declarar como tal cualquier área que necesite una defensa medioambiental", afirma un portavoz del Departamento de Agricultura, Pesca e Industria, que es el encargado de tramitar las declaraciones de biotopos protegidos. La singularidad de Itxina Los cuatro existentes hasta ahora tienen motivos para justificar esta especial protección. El macizo de Itxina destaca por la profusión de formas kársticas superficiales y subterráneas, las más de 175 especies de musgos catalogadas y la abundancia de madera en descomposición, "albergando comunidades muy difíciles de observar en otros lugares de la comunidad autónoma vasca dada la explotación forestal a la que se ven sometidos nuestros montes", según expresa el decreto de su denominación como biotopo. En el río Leizarán, sobresale el enorme porcentaje de superficie arbolada, que supera el 90%; especies de musgos raros en la comunidad autónoma e incluso en la Península; así como el elevado número de especies faunísticas "que poseen un gran valor para la conservación", como el tritón pirenaico y el desmán del Pirineo. Las lagunas de Laguardia -integradas por las de Carralogroño, Caravalseca y Prao de la Paul- constituyen un enclave singular en Euskadi, con un tipo de alga única a nivel mundial. Es un punto de interés para las vías migratorias de las aves acuáticas, y se han llegado a censar hasta 118 especies diferentes, así como un enclave de enorme riqueza en yacimientos arqueológicos, entre los que se encuentra un enterramiento del Neolítico con cerca de 400 esqueletos completos. Este área pretende ampliarse con una laguna más -la de Musco-, pendiente de la ratificación del Gobierno vasco. Con su inclusión, el biotopo protegido pasará a llamarse complejo lagunar de Laguardia. Gaztelugatxe está considerado como uno de los tramos costeros de mayor interés de Euskadi, puesto que la inaccesibilidad de sus acantilados e islotes permite que se estabilicen poblaciones de aves marinas, como cormoranes, palomas bravías o gaviotas patiamarillas. Dispone además del olivo silvestre, una especie vegetal singular en la comunidad autónoma. Las restricciones de usos difieren en cada biotopo protegido, aunque coincide la prohibición de edificaciones y vertidos. En puntos concretos de las Lagunas de Laguardia, sólo se permite la observación e investigación científica, mientras que en Inurritza se llega a impedir el paseo y estancia en una zona.

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