«¿Auf wiedersehen, canciller Kohl?»
El Consejo Europeo de Cardiff será, salvo inmensa sorpresa, la última cumbre europea del canciller alemán, Helmut Kohl, uno de los políticos que más han trabajado por la UE en las últimas décadas. Ayer en Cardiff se respiraba un cierto aire de despedida, que puede ser al mismo tiempo el fin de un estilo y de una generación de políticos. Un alto funcionario español interpretaba en clave Kohl la decisión de convocar una cumbre informal en octubre para discutir el futuro de Europa, en la misma línea solicitada por el canciller alemán y el presidente francés, Jacques Chirac, en su carta al actual presidente del Consejo, Tony Blair, que encarna la nueva generación que toma el relevo en Europa. Kohl merecía una reparación, tras las últimas cumbres que han contribuido a desgastar su imagen en la escena interna alemana. En la cumbre extraordinaria del euro padeció el desaire de Chirac, su principal aliado europeo, que impuso un pulso excesivo. «Europa le debe mucho a Kohl», decía un alto diplomático. Hacía hincapié en que podrá acudir a sus elecciones legislativas de septiembre con una carta en la mano: la de seguir siendo el gran reformador europeo, el defensor de la Europa de los ciudadanos y de las administraciones más próximas a ellos, como los lnder.
