"Octavio Paz nos ha enseñado a pensar", afirma Savater en un homenaje al escritor mexicano

La presentación de dos libros en torno a Octavio Paz, tercer encuentro iberoamericano en una semana de una iniciativa que, con el nombre prestado por Carlos Fuentes de Territorio de La Mancha, ha puesto en marcha la cadena de librerías Crisol, se convirtió ayer en un homenaje a la figura del escritor mexicano recientemente fallecido. El filósofo Fernando Savater afirmó: «Octavio Paz nos ha enseñado a pensar».El motivo del homenaje fue la presentación de dos libros: La perfección indefensa, un ensayo sobre literatura hispanoamericana del siglo XX, de Juan Malpartida, y la correspondencia entre 1939 (cuando uno era un joven poeta que se iniciaba y el otro era una figura indiscutida de la literatura mexicana) y 1959 de Octavio Paz y Alfonso Reyes, ambos libros publicados por el Fondo de Cultura Económica unos días antes de la muerte de Paz.

En el homenaje participaron, además de Juan Malpartida, autor del ensayo, en el que la presencia de Octavio Paz es constante, y Margarita de la Villa del Valle, en nombre de la editorial mexicana con la que el premio Nobel de 1990 colaboró durante 50 años, el editor Juan Cruz y el filósofo Fernando Savater.

Juan Cruz destacó la capacidad que Paz mostró siempre para «aprehender los instantes». «Octavio Paz», dijo , «buscaba la eternidad de las cosas y que el tiempo no se le fuera de las manos». En opinión de Cruz, Octavio Paz «fue un hombre asustado por el tiempo» y eso le hizo ser «un hombre rodeado siempre de amigos y admiradores en un intento de que entre todos le sostuvieran la vida».

Un hombre, pues, rodeado de amigos y admiradores, y de discípulos, añadió Fernando Savater, quien se acercó ayer a evocar a Paz con una certeza: «Que su obra quedará es una de esas pocas cosas que se pueden asegurar sin miedo a equivocarse». Una obra y un legado que, con el tiempo, se podrán ir glosando. Y en ese sentido quiso destacar un aspecto que a él particularmente le parece capital: «Octavio Paz es, además de tantas cosas, un educador». «Los grandes artistas de las palabras», dijo, «son los educadores de toda una tradición, de una cultura. Paz nos ha enseñado a pensar».